Muchos campistas abandonaron el Monte do Gozo a causa del mal tiempo, que hizo mella en la asistencia al certamen musical
09 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El festival Brincadeira hizo aguas en su segunda jornada, marcada por la lluvia. El mal tiempo consiguió dejar a media hasta el recinto del Monte do Gozo que acoge el certamen musical. De hecho, ya desde la mañana muchos decidieron levantar el campamento al ver un cielo ennegrecido y que el parte meteorológico no mejoraba sus previsiones para el resto del día.
Hacia las 19.30 horas poco más de un centenar de personas habían hecho aparición en el recinto musical, casi todas arremolinadas en la carpa del fondo, en donde los espectáculos de improvisación teatral, monólogos y representaciones consiguieron animar a un selecto grupo de festivaleros incombustibles que cambiaron los habituales disfraces por todo un abanico de chubasqueros monocromáticos.
«O tempo non se pode controlar e, aos que estamos acostumados aos festivales galegos, non nos importa que chova», aseguraba una de las campistas que pasó la noche en el Monte do Gozo, en donde quedaron en pie algo más de doscientas tiendas. En ellas se refugiaron la mayor parte de los asistentes hasta entrada la noche, dispuestos al fin a enfangarse los pies al son de los temas de Arizona Baby, Ruxe Ruxe o Bad Manners.
Solo un pequeño grupo que se encontraba por la tarde dentro de la pista tuvo su recompensa: la oportunidad de inmortalizarse junto al rey de la canción del verano, paradójicamente, bajo una cúpula encapotada. El mismísimo Georgie Dann, aclamado por sus fans, se prestó durante las pruebas de sonido en el escenario principal a selfies (la nueva moda del autorretrato con la cámara del móvil) y aseguró que pondría todo de su parte para «hacer el milagro» con sus grandes temas estivales, previstos a partir de la una y media de la madrugada.
Esta noche tomarán el relevo en Brincadeira las actuaciones estrella de esta edición. Gloria Gaynor y Fangoria se encargarán de poner el resto de carne sobre un asador precalentado con los monólogos incandescentes de Ignatius Farray y las actuaciones siempre irreverentes de Tony Lomba o Zan Hoffman, entre otra docena de directos.
A expensas de lo que suceda a lo largo de esta jornada, parece poco probable que la organización alcance los 25.000 asistentes esperados en un principio.