En el mismo Camino, 25 años después

maría segade, I.C. LA VOZ / SANTIAGO

SANTIAGO

Más de 1.200 jóvenes peregrinaron con los pioneros de la Jornada Mundial de la Juventud de 1989

07 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Más de 900 romeros procedentes de cuarenta parroquias del Arzobispado de Madrid que iniciaron el Camino a finales de julio en Navia llegaron ayer por la mañana a su destino. Con motivo del cuarto de siglo que cumple la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que trajo al papa Juan Pablo II a Compostela, realizaron varios actos conmemorativos junto a los romeros que ya participaron en la de hace 25 años y más de cien peregrinos de las diócesis gallegas.

El cardenal Rouco Varela se unió a la peregrinación en Vilalba, su pueblo natal, y ayer ofició las laudes en el Monte do Gozo junto a su sobrino Alfonso Carrasco Rouco, obispo de Lugo. En San Marcos se les repartió a los chicos, que tenían una media de 25 años, camisetas azules serigrafiadas Santiago 2014.

A las 11 horas, el exarzobispo de Santiago encabezó los seis kilómetros de peregrinación que separan el primer avistamiento de la Catedral hasta el Obradoiro. La marcha estuvo apoyada por la policía y furgones de seguridad que cortaron el tráfico y les abrieon paso entre los curiosos que inmortalizaban el momento con sus móviles. Tras hora y media de camino, alcanzaron su meta en la plaza del Obradoiro, donde frente a la fachada catedralicia continuaron con los cantos que animaron su camino como «Esta es la juventud del papa» o «Somos cristianos, somos poderosos». Algunos fueron manteados y ondearon banderas españolas. El cardenal Rouco se congratuló en la plaza del «ambiente festivo» de una «peregrinación muy intensa» y se refirió a Juan Pablo II como «uno de los encargados de recuperar el Monte do Gozo»..

Posteriormente ocho arzobispos y cuarenta curas oficiaron una misa a las 13.30 horas para evitar que coincidiera con la dedicada al peregrino y poder dar cabida a los más de 1.300 jóvenes que se sumaron en total. La ceremonia fue amenizada por el coro y la orquesta de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011 y los tiraboleiros se encargaron de hacer volar el botafumeiro. El arzobispado madrileño aprovechó para agradecer el trabajo de monseñor Rouco Varela, que cesará su labor en la archidiócesis de la capital entre agosto y septiembre.

Para finalizar los actos religiosos de la jornada de ayer, los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud de 1989 dieron su testimonio durante una liturgia en San Martín Pinario. Un cura, una monja y un padre de familia explicaron a las nuevas generaciones cómo el peregrinaje les descubrió lo que iban a ser 25 años después.