La praza da Quintana se rinde ante el recital de Vintage Trouble

La Voz

SANTIAGO

O.S.

Los californianos maravillan con su blues-rock inspirado en los años 50. Su cantante, entregado, se mezcló con el público e hizo subir al escenario a Budiño

24 jul 2014 . Actualizado a las 19:19 h.

La banda norteamericana Vintage Trouble arrancó su primera gira por España con un concierto exclusivo en la praza da Quintana de Santiago. Los californianos, que han puesto patas arriba el mundo de la industria musical, hicieron honor a su fama de «alborotadores» y protagonizaron un espectacular directo con sabor a los años cincuenta y sesenta. El mejor y más marchoso blues-rock inundó anoche Compostela, en el que era uno de los platos fuertes de la fiestas del Apóstol.

La estelar actuación tuvo un nombre propio, el de su cantante, el elegante Ty Tyler, un derroche de energía sobre el escenario que logró que compostelanos y turistas se movieran a su ritmo desde el primer minuto. El vocalista no dudó en descender hasta la emblemática plaza, cruzarla y continuar uno de los temas desde las escalinatas traseras, en una escena que levantó de nuevo los aplausos del público.

Durante cerca de hora y media la banda de Hollywood dejó huella de su abrumador y excitante directo, con el que han logrado telonear a grupos como The Rolling Stones o The Who. Con tan solo un disco en su haber, The Bomb Shelter Sessions, publicado en el 2010, Vintage Trouble demostraron que lo suyo no es un ejercicio de nostalgia, sino un homenaje al soul auténtico, con un sonido muy vivo y actual.

El trepidante concierto también tuvo una gran carga emotiva. Ty Tyler, que dedicó uno de los temas a las víctimas del accidente de Angrois y enlazó sucesivos mensajes a favor de la paz mundial, también quiso ejemplificar el encuentro entre culturas que tanto defiende. Por ello hizo subir al escenario a algunos de los músicos que la noche anterior también hicieron vibrar a A Quintana dentro del Certamen Folk. Budiño fue uno de los más aclamados.

En la parte final, y tras ensalzar la belleza del emblemático lugar, el cantante prosiguió con su recital a pie de plaza, firmando discos e, incluso, bromeando con el público. La fama les precedía pero hacía tiempo que no se veía algo así sobre el escenario.