La planta hotelera de Santiago está formada por más de cien establecimientos de diferentes categorías y modalidades a los que hay que sumar numerosas habitaciones, pisos y casas que se ofertan en la red directamente por particulares al margen de casi todo control. En una de estas, (anunciada en la popular Airbnb.com) se anuncian hasta 89 ofertas para esta noche y 95, para la noche 24 de julio, la de los Fuegos del Apóstol. Esta práctica, que ha sido denunciada en multitud de ocasiones por los responsables del sector por tratarse de competencia desleal, no ha dejado de crecer en los últimos años alimentada por la crisis económica.
Al margen de estas ofertas, la planta hotelera de Santiago tiene cuatro hoteles de cinco estrellas y diez de cuatro estrellas, con una elevada calidad y prestigio. Además, la oferta se completa con numerosos hoteles de tres y menos estrellas, además de hostales y pensiones.
Nueve en total
En medio de esta impresionante oferta hotelera, en la ciudad está creciendo un modelo hotelero consolidado en otras ciudades y que en Santiago comienza a afianzarse, los apartamentos turísticos. Hasta la fecha hay nueve establecimientos de este tipo. Todos en el casco histórico o su entorno más próximo. En todos los casos se trata de casas de piedra rehabilitadas, en las que los clientes disponen de pequeños apartamentos con todas las comodidades de una vivienda, incluida cocina y varias estancias para facilitar la estancia, sobre todo, cuando se viaja con varios miembros de familia.
Este último año, entre febrero y marzo, se abrieron tres de los nueve locales. Estos están en la rúa Hortas, San Clemente, Cruceiro do Galo, Praza da Inmaculada, rúa das Fraguas, San Francisco, Castrón D`Ouro, García Blanco y Sarela de Abaixo.
Otro de los modelos que crecen al amparo del Camino de Santiago son los albergues. A los conocidos de Monte do Gozo, Cruceiro do Galo, Preguntoiro y la rúa Estocolmo se sumaron recientemente dos nuevos en la rúa Concheiros. Se trata de un tipo de establecimiento dirigido al peregrino más joven que, al llegar a Santiago, sigue manteniendo la necesidad de contener los gastos del viaje.