Los peregrinos denuncian la mala señalización al llegar a Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Diez peregrinas de Barcelona, ayer en Santiago.
Diez peregrinas de Barcelona, ayer en Santiago. fotos: < / span>sandra alonso< / span>

La colaboración vecinal suple la falta de indicadores en el tramo urbano

25 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Durante el Camino no hay problema, porque las flechas amarillas te guían, pero cuando llegas a la ciudad, la señalización es un desastre». Carmen es una sevillana que hizo el Camino Francés desde Sarria, coincide con otros peregrinos consultados ayer en que debe mejorarse la señalización del Camino en la parte urbana. «La de la ciudad, fatal. Menos mal que un señor nos vino acompañando casi hasta el Obradoiro, porque las señales, si las hay, no las vimos», apuntó Esther García. Después de recorrer muchos o pocos kilómetros, los peregrinos «no queremos perdernos el final» y «menos hacer una ruta que no es». Lucía varió el Camino en el cruce de Concheiros y «tuve que volver hacia atrás porque no vimos ninguna señal». Isabel, recién llegada al Obradoiro, intervino en la conversación para confirmar que ella también tuvo un problema similar y nos localiza en un mapa el lugar donde «nos despistamos». Es el cruce de Concheiros. Mientras Lucía se fue hacia arriba en dirección a la estación de autobuses, Isabel y su hijo Fernando optaron por bajar. Una y otra coinciden en que «lo mejor, sin duda, la gente. Es muy amable y no tienen reparos para ayudar». A Isabel y Fernando, un vecino le advirtió del error y les indicó un atajo «por unas escaleras infernales» hacia Concheiros. «Nos perdimos unos metros, pero nos dijeron que lo bonito empezaba en San Pedro».

Los peregrinos «no somos turistas y el nivel de exigencia no es alto. Con una litera para dormir, agua caliente y sitios para descansar o tomar algo es suficiente. En el Monte do Gozo, las instalaciones están bien. Los peregrinos, al menos yo, no buscamos lujo. Bueno, ahora tengo que subir, ¿habrá un autobús, no?», apunta José Otero. Gonzalo, de Valencia, elogió las instalaciones del Monte do Gozo «que tienen de todo lo que necesitas al llegar. Quizás debía estar mejor comunicada, pero un complejo así no puede estar en el centro». María Ucar realizó el Camino Portugués y ayer se preguntaba si la indicación de un «hombre que vendía conchas» era correcta. «Nos metimos por un barrio, pero otros peregrinos nos han dicho que nos perdimos una zona bonita de monte. Debían cuidar estos detalles». Si una cosa agradece el peregrino es un servicio médico para los imprevistos. «No usé el servicio médico, por suerte, pero un lugar donde den masajes, pagando claro, no vendría mal», sugiere Luisa.

crónica Los caminantes sugieren mejorar la comunicación con el Monte do Gozo