Una operación de un cáncer de mama o de próstata, una intervención ginecológica, una parálisis, o un accidente, pueden provocar, entre otras consecuencias, el desarrollo de un linfedema. Se trata de un incremento del volumen de alguna extremidad -un brazo en las operadas de cáncer de mama; o una pierna en intervenciones en la zona inguinal-, debido a un fallo o insuficiencia del sistema linfático, motivado por esas causas.
El tratamiento de este problema de salud se enfrenta con la poca atención que se presta a las dolencias del sistema linfático en los estudios de Medicina, o el escaso número de unidades especializadas para tratar a las personas afectadas, explica Juan Lameiro, presidente de la Asociación Galega de Linfedema. En el Hospital Clínico de Santiago hay una unidad, atendida por dos médicas, que «funciona ben», afirma. La asociación de pacientes y el hospital compostelano organizaron una jornada formativa, a la que asistieron un centenar de profesionales sanitarios, en las que se llamó la atención sobre este problema.
Riesgo de elefantiasis
«Se unha persoa afectada de linfedema ten un bo tratamento e se coida pode levar unha vida normal; de non ser así pode chegar a situación de elefantiase -aumento enorme de algunas partes del cuerpo- e padecer deterioro físico moi grande e discapacidade; por iso estamos integrados en Cogami», indica Lameiro.
Entre los ponentes que acudieron a la jornada formativa estuvo Albert Leduc, profesor emérito de la Universidad Libre de Bruselas y fundador del Grupo Europeo de Linfología, quien defendió un método de drenaje linfático manual que lleva su nombre, al valorar que funciona y que ha ayudado a mucha gente. También intervinieron expertos de Cataluña y gallegos.
Además de en Santiago, en Pontevedra y Vigo también existen unidades de linfedema. Juan Lameiro solicita que se amplíen a todos los centros, pues hay un volumen muy elevado de personas afectadas. Reclama asimismo más medios y mayores esfuerzos en prevención, y evitar situaciones como listas de espera elevadas.