El Salón Teatro desempolva su telón

Patricia Calveiro Iglesias
p. CALVEIRO SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Un estudio divulgativo hace un repaso desde su creación, en 1920, hasta hoy

27 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Si las paredes del Salón Teatro hablasen tendrían miles de historias que contar. Tantas como actos y personas pasaron por él desde que fue inaugurado el 30 de octubre de 1920. El profesor de Historia da Arte de la USC Jesús Ángel Sánchez García ha querido en esta ocasión que la sala compostelana fuera la protagonista de su propia obra, Salón Teatro. Corazón do espectáculo, un estudio divulgativo en el que hace un repaso por la trayectoria del espacio escénico, desde su arquitectura hasta los distintos eventos que acogió a lo largo de sus 94 años.

El autor del libro coeditado por el Consorcio de Santiago, la Xunta y Alvarellos Editora explica que el Salón Teatro se concibió como un local de actividades culturales y sociales de la Casa Social Católica, en el que además había conferencias, teatro y veladas benéficas; aunque también acogió en su primera década mítines políticos. Su disposición respondía a una tipología de locales de espectáculos característicos de la época, con un aforo inferior a 500 personas, donde se celebraban números de variedades. El cine se fue colando también en su programación y llegó a estrenar clásicos como El signo del zorro (1922) o Ben Hur (1929), entre otros. Años más tarde, fue adquirida por la empresa Fraga de Espectáculos y bajo el título de sala especial se formarían a sus puertas largas colas para asistir a las películas en versión original o subtituladas que ofrecía.

El edificio, situado en el número 34 de la Rúa Nova, conserva la fachada del viejo caserón que allí existía. Tal y como desvela Sánchez García en el libro, no era este el propósito inicial. La construcción del Salón Teatro fue encargada al arquitecto Jesús López de Rego, quien en su primer proyecto propuso una fachada de cemento y líneas eclécticas que fue censurada en la comisión de obras municipal para armonizarla con el «estilo compostelán» típico del casco histórico. La publicación también recoge las distintas intervenciones hechas en su interior hasta configurarse como la actual sede del Centro Dramático Galego.