Los empresarios apoyan el centro de formación aeronáutica en Lavacolla

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

Las escuelas existentes aceptan la propuesta del alcalde en un clima de colaboración y no de competencia

10 ene 2014 . Actualizado a las 14:39 h.

La propuesta enunciada por el alcalde de emplazar un centro de formación aeronáutica en Lavacolla tiene el plácet de diferentes colectivos económicos de la ciudad. Las academias que hoy imparten materias vinculadas a la aeronáutica pretenden que, si se crea, no se erija en una competencia sino en una colaboración o complementariedad. Eso sí, coinciden en la creciente demanda de empleos en esa área.

Compostela Monumental, que en su momento propuso un centro de este tipo «a nivel mundial» en la vieja terminal aeroportuaria y se dirigió en ese sentido a Aena, «felicita y respalda» la iniciativa de Ángel Currás y espera que el gobierno local trabaje en ello y realice «gestiones de alto nivel para que se convierta en una realidad que beneficie a toda la ciudad».

La Asociación de Empresarios del Polígono do Tambre también califica de «muy buena idea» la que explicitó el regidor compostelano. Su presidente, Jesús Chenel, dijo ayer en declaraciones a Onda Cero que «el alcalde nos tiene a su lado» en la búsqueda de una solución como la propuesta para la terminal antigua. Aclara que Aena debe ser consciente de que cada día que pase va a ser más gravoso rehabilitar el edificio y ponerlo en funcionamiento.

La implantación del centro de aeronáutica no es un proyecto asequible. El presidente de la Cámara de Comercio, Jesús Asorey, estima en veinte millones de euros la financiación necesaria y cree que en el mismo debe implicarse la Universidade de Santiago.

No obstante Asorey, que mantuvo contactos con Aena para abordar el futuro de la terminal, avanza que dicho organismo lo que pretende es «sacarle rentabilidade a la infraestructura».

El coste de la operación también lo resaltan los directivos de la academia de pilotos AFN de Alvedro, quienes señalan que requiere «una inversión fuerte» ya que es preciso una dotación de tres aviones de diferente tipo como mínimo, la estructura y el mantenimiento obligado de los aparatos, con revisiones y cambios periódicos.

«Nosotros tenemos una flota de seis aviones y llevamos 16 años de funcionamiento, pero montar una escuela desde cero no es tarea nada fácil», explica a este medio el director del centro, David Fernández, quien cree tiene difícil supervivencia en el mercado dos escuelas de pilotos pese a la demanda existente. No obstante, estaría «encantado» de conocer el planteamiento e incluso, llegado el caso, de colaborar en un gran proyecto complementario.

Por su parte a María Arca, que dirige una academia de Air Hostess en Santiago orientada a la tripulación, le parece una «idea estupenda» la propuesta municipal en un marco de colaboración con la Administración porque aumentó «un 80 % la demanda de empleo».