La retirada de las piedras y tierra que se desplomaron hace casi un año sobre la zona de aparcamiento del edificio número 19 de la rúa Betanzos ha permitido descubrir las consecuencias que el desprendimiento tuvo para el coche de un vecino. El Alfa Romeo quedó reducido a un amasijo de hierros por el impacto de las toneladas de tierra y, en su aspecto actual, es también evidente el efecto de la corrosión después de doce meses bajo la tierra. El dueño del coche, que vivía de alquiler en uno de los pisos del inmueble, tenía claro que su vehículo era irrecuperable, por lo que el descubrimiento no le habrá cogido de sorpresa.
Los trabajos de desescombro van unidos a la construcción de un muro de contención para evitar nuevos despedimientos del talud municipal. Los trabajos son visibles desde el interior del edificio, donde se colocaron varios ganchos que sujetarán el muro y también desde la zona alta, junto al colegio Apóstol Santiago, por donde se inyectó el hormigón para reforzar todo el talud.
Además, se está colocando una valla metálica, que impedirá acceder al precipicio y así evitar accidentes en una zona en la que hay muchos niños habitualmente al estar junto al colegio y la escuela municipal de música de Santiago.
El proyecto que se está ejecutando es financiado con fondos municipales, ya que una sentencia obliga al Concello a asumir la obra por tratarse de un terreno de su competencia. Se da la circunstancia de que en el proyecto del edificio se contemplaba la construcción del muro, pero el Ayuntamiento concedió en el 2005 la licencia de primera ocupación sin que se ejecutarse el refuerzo del talud. Fue así porque un informe técnico dijo que no era necesario. El tiempo se ha encargado de demostrar que era indispensable.