La delegada del rey en la ceremonia conmemorativa de la traslación de los restos de Santiago de Palestina a Galicia, una concejala del PP, fía al Apóstol el mantenimiento de la sanidad, la educación y el resto de servicios sociales
30 dic 2013 . Actualizado a las 17:20 h.«Ayúdanos a hacer sostenible nuestro sistema de bienestar y, en este punto, haznos ver a gobernantes y gobernados que tal sostenibilidad ha de permitir que el sistema de oportunidades y de protección cubra también a las generaciones futuras». Esta ha sido una de las peticiones realizadas por la delegada del rey de España en una invocación leída este mediodía en la catedral de Santiago con motivo de la tradicional ceremonia conmemorativa de la traslación de los restos del Apóstol desde Haifa (hoy Israel) hasta Iria Flavia (Padrón). Como representante de Juan Carlos I en ese acto, que tiene lugar cada 30 de diciembre, ha ejercido por primera vez la concejala compostelana Reyes Leis (PP), en ausencia del alcalde, Ángel Currás, quien a esa hora se encontraba en el entierro de su madre.
La edila también ha solicitado al santo que «aliente» a los parados en la búsqueda de empleo y, en su «empeño épico», a los emprendedores. «Extiende tu protección -ha añadido- a nuestro jóvenes, a esa generación de jóvenes de ejemplar espíritu generoso y solidario que son la mayor esperanza de futuro». Igualmente, en pleno desafío soberanista de Artur Mas, ha reclamado: «Renueva y fortalece también el diálogo, patrón, entre quienes creemos en el proyecto nacional de vida en común [...] y quienes recelan de ello, a fin de reforzar los pilares de nuestra convivencia en el marco del pacto constitucional perfeccionado en su momento».
Leis tampoco ha dejado escapar la ocasión de demandar al Apóstol que cuide del monarca, tras manifestar este último hace seis días su deseo de continuar al frente de la Corona, pese a su deterioro en los últimos meses. «Pedímosche que veles pola saúde da súa maxestade, para que poida seguir exercendo as súas funcións simbólicas e representativas, arbitráis e moderadoras, funcións de incalculable valor para a nación española», ha dicho, en uno de los breves pasajes de su discurso pronunciados en gallego.
En su intervención, además, la delegada regia ha recordado el «dantesco» siniestro ferroviario ocurrido en Angrois el pasado 24 de julio, en el cual murieron 79 personas. «Semejante accidente -ha aseverado- se recordará como una de las mayores cicatrices en la historia de nuestra ciudad, pero la reacción habida también se recordará como uno de los momentos de mayor altura ética de la sociedad gallega». No solo ha alabado aquella respuesta ciudadana a la tragedia, sino que ha pedido a Santiago «que aquella solidaridad no decaiga» y «se propague» por todo el país, «pueblos y ciudades en los que tantas mujeres y hombres en dificultades agradecen la mirada humana y la mano tendida de sus semejantes».
A los más necesitados ha aludido igualmente en su homilía bilingüe el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien ha elevado plegarias por las «familias que están a padecer as consecuencias da crise económica». Al común de los españoles ha pedido «coresponsabilidade e fraternidade», así como «dar un rostro máis humano á nosa sociedade no medio das tensións en que vivimos» y voluntad «para vencer a difusión desa globalización da indiferenza».
En paralelo, el purpurado ha defendido con ahínco que «la Iglesia contribuye a hacer más humana la familia de los hombres y su historia». No obstante, ha reconocido que, en la «cultura actual», «nunca podremos convertir las enseñanzas de la Iglesia en algo fácilmente comprendido y valorado por todos».
A diferencia de otras ocasiones, esta vez no han asistido a la larga ofrenda (casi dos horas) ni el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ni la del Parlamento, Pilar Rojo. Sí lo ha hecho el número dos del Ejecutivo autónomo, Alfonso Rueda, así como el resto del Gobierno casi en pleno. Entre otras civiles, militares y religiosas, también han acudido a la cita el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez; el fiscal jefe de la comunidad, Carlos Varela; y el presidente del Tribunal Superior de Xustiza, Miguel Ángel Cadenas.