Hostelería dio alojamiento a más de cien familias de víctimas

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

Muchos compostelanos colocaron velas encendidas y notas escritas delante de la Catedral en homenaje a las víctimas.
Muchos compostelanos colocaron velas encendidas y notas escritas delante de la Catedral en homenaje a las víctimas. bea otero< / span>

Varias parroquias convocan esta noche una vigilia por los afectados

31 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los establecimientos hoteleros de Santiago se convirtieron en un servicio clave tras el accidente ferroviario de Angrois. Pese a las fechas difíciles en que se produjo el siniestro, la solidaridad ha reinado en el sector. Apenas hubo profesionales que sortearon su compromiso voluntario de auxilio a los familiares de la víctimas y el comportamiento en general fue modélico. La acción principal se desarrolló los días 24, 25 y 26, y en esas tres jornadas los hospederos compostelanos alojaron gratuitamente a más de un centenar de familias.

El denominado banco de habitaciones fue un éxito por cuanto no hubo ninguna demanda desatendida de personas vinculadas a las víctimas. El dispositivo fue desactivado cuando se hizo innecesario el gabinete de crisis creado por el Ayuntamiento, aunque el gremio mantiene su disposición colaboradora.

Los hoteleros no solo ofrecieron camas, sino alimentos, y muchos de ellos acogieron a familias de forma individual, fuera de los cauces fijados en el plan de crisis. Y es que existía un protocolo de alojamientos coordinado por el gabinete según las necesidades detectadas.

Pero hubo bastante gente que no se enteró del dispositivo y, en vez de apuntarse en el Cersia, se fue directamente a las recepciones de los establecimientos. Ningún profesional les puso pegas y los alojó sin más. No se les pidió ninguna acreditación. «Había que confiar en la buena fe de los que venían, y además se les veía bien en la cara que eran afectados», explican miembros del gremio. En ese sentido, los hospederos suplieron con su colaboración las lagunas del listado del operativo.

Tras el accidente se formó un comité de crisis encargado de repartir a las familias de la forma más equitativa posible, a fin de que unos hoteles no ocupasen muchas camas y otros pocas. Al final, hay un sentimiento en el gremio del deber cumplido. «A resposta do sector foi extraordinaria. Todo o mundo se prestou a colaborar precisamente nos días en que máis se traballa», resalta el director de Comunicación de la Asociación de Hostelería, Aser Álvarez.

Lo cierto es que el gremio, quizás por sus lamentos en cada balance de pernoctaciones o por la actitud de algún empresario, cobró fama de egoísta. De golpe y porrazo, el siniestro del tren hizo añicos esa fama y descubrió la faz solidaria que muchos veían oculta. Ni siquiera se han preocupado por los resultados de la semana del Apóstolo.

Acto con Julián Barrio

El accidente puso de relieve, realmente, el rostro oculto de distintos sectores, instituciones y profesionales de la ciudad. No ha habido mezquindades y, por ejemplo, fueron muchos los ciudadanos que siguieron la recomendación solidaria de los propios hosteleros de colocar una vela encendida en homenaje a las víctimas.

Entretanto, siguen llegando mensajes y actos de apoyo a los familiares de las víctimas. El Arciprestazgo de Xiro da Cidade, a través de las parroquias de Santiago, convocó para hoy a todos los compostelanos a testimoniar su afecto y oración hacia las familias de las víctimas del accidente, así como el reconocimiento a todos cuantos les han ayudado. Propone la celebración a las 22.00 horas de hoy en la plaza do Obradoiro de un acto en el que cada participante porte una vela. Previsiblemente el propio arzobispo, Julián Barrio, estará presente en esta cita de honra.