El maquinista, al calabozo

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

SANTIAGO

Los investigadores intentan saber qué distrajo al conductor, y analizan las llamadas del móvil

28 jul 2013 . Actualizado a las 13:42 h.

¿Qué pasó en la cabina del tren Alvia inmediatamente antes de las 20.41 horas? ¿Falló alguno de los sistemas de aviso? ¿Qué fue lo que distrajo a Francisco José Garzón, un maquinista experimentado que había pasado 60 veces por el mismo lugar y que por lo tanto conocía el trayecto y sabía que el límite de velocidad al paso por Angrois es de 80 kilómetros por hora?

Son las preguntas clave que tendrán que irse desvelando a partir de hoy, cuando el conductor del Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira pase a disposición del juez Luis Aláez, del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago. El magistrado le tomará declaración para saber por qué entró a 190 kilómetros por hora en la curva, como supuestamente reconoció el miércoles día 24 en al menos dos ocasiones, una tras el accidente cuando estaba aún dentro de la cabina semivolcada, y otra cuando ya había salido del tren y estaba siendo atendido por las primeras personas que llegaron al lugar para ayudar a las víctimas. Cualquier detalle importa en la investigación para saber qué ocurrió para que el conductor no redujese la velocidad en el primer aviso de cercanía a la estación, cuatro kilómetros antes de la curva, como se apresuró a decir el viernes el presidente de ADIF señalando al maquinista como único responsable del accidente.

Los investigadores no descartan ninguna hipótesis y analizan la seguridad de la vía, la señalización de los tramos, y los sistemas de seguridad y de comunicación de la cabina. Sin embargo, sus pesquisas se centran en la hipótesis de la distracción del maquinista como la supuesta causa del accidente de Angrois. Por eso se ha dado orden de investigar las llamadas telefónicas que se realizaron desde el móvil del maquinista minutos antes del accidente. Sobre todo porque, en las conversaciones grabadas entre la cabina y el centro de control de tráfico inmediatamente después del siniestro, el maquinista se muestra preocupado por su teléfono móvil. Es una de las hipótesis que se manejan como causa de una distracción, y, como en cualquier accidente, hay que descartar todas las posibilidades, aseguran fuentes conocedoras de la investigación.

Desde el hospital

Francisco José Garzón, de 52 años, fue llevado ayer por la mañana desde la habitación del hospital en el que estaba ingresado hasta los calabozos de la Policía Nacional de Santiago, donde permanece detenido. Hoy se cumplirá el plazo de 72 horas que permite la ley para la detención policial y está previsto que esta tarde el juez Luis Aláez le tome declaración. Aláez se encarga en exclusiva de la investigación después de que el Consejo General del Poder Judicial nombrase un juez de apoyo para atender el resto de los asuntos de su juzgado.

Renfe anunció ayer que se personará en la causa para estar presente en la comparecencia de hoy, que será decisiva para el futuro inmediato del maquinista del tren siniestrado en Angrois, que cuenta con una plataforma que lo apoya y que han alcanzado ya cerca de 40.000 firmas. El juez Aláez puede ordenar hoy que el maquinista entre en prisión de manera preventiva o dejarlo en libertad con la imposición de alguna medida cautelar. Juristas consultados apuestan por esta última vía, teniendo en cuenta que no parece que haya riesgo de fuga ni de destrucción de documentos claves si queda en libertad.