Accidente en Santiago: Uno de los héroes de Angrois que le «recordó al 11-M»

Mónica Pérez
M. Pérez REDACCIÓN

SANTIAGO

En la imagen, Abel Rivas, con una de las niñas que rescató del tren.
En la imagen, Abel Rivas, con una de las niñas que rescató del tren. Xoán A. Soler / Mónica Ferreirós

Abel Rivas, de 29 años, llegó minutos después del descarrilamiento del tren Alvia y ayudó en el rescate de los pasajeros

29 jul 2013 . Actualizado a las 15:47 h.

Abel Rivas no se olvidará nunca del 24 de julio de 2013. Este vecino de Angrois aún sigue conmocionado y no ha podido pegar ojo en toda la noche. «Se te vienen las imágenes que has visto y es imposible», afirma. Su casa además está muy cerca de las vías del tren donde ocurrió el trágico accidente del Alvia, donde los vecinos han seguido de cerca los trabajos para retirar el tren.

El joven, de 29 años, llegó al lugar del accidente minutos después de que se produjese. Cuenta que iba en el coche y que notó como «vibraba». A los pocos segundos recibió la llamada de su hermana que le decía que había descarrilado el tren.

«Cuando llegué no había mucha gente e intentamos sacar a los pasajeros del vagón que estaba en la plaza», explica. Más tarde bajó a las vías y allí se encontró «lo peor: los llantos, los auxilios, el caos...».

«Las imágenes me recordaban a las que había visto por televisión del 11-M», cuenta aún conmocionado. Grabado en el recuerdo se le quedó cuando sacó de uno de los vagones a una niña de «unos cinco años» que «me preguntaba por sus padres». También a una adolescente a la que también rescató entre el amasijo de hierros en el que quedaron convertidos algunos de los vagones. «Viajaba sola y más tarde estaba en estado de shock, no podía ni andar» explica Abel.

Estuvo en la denominada «zona cero» hasta la una y media de la madrugada, primero ayudando durante varias horas a retirar del tren a los heridos, y más tarde, al igual que otros muchos vecinos, esperando por si los equipos sanitarios o las fuerzas de seguridad necesitaban alguna ayuda que ellos les podían proporcionar.

Los vecinos de Angrois se volcaron ayer con la tragedia del Alvia. Abel cuenta que trajeron mantas, agua, «algunos incluso sacaron las sábanas de sus propias camas porque ya no tenían más cosas».

Hoy, cuando aún no ha pasado ni un día del accidente, Abel reconoce que actuó «por instinto». También el resto de los vecinos, a los que ya han bautizado como los «héroes de Angrois», ya que su intervención fue vital para poder salvar vidas de muchos pasajeros.