«Debemos adaptarnos al reloj interno de cada niño»

nacho mirás SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

La educadora defiende alternativas al método Estivill

19 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Que el sueño de los niños es un problema que preocupa a los padres salta a la vista; está en todas las conversaciones. Y ayer se constató de nuevo en el taller que impartió en El Corte Inglés la educadora Diana G. Blanco, experta en sueño infantil y disciplina positiva. No recetó pócimas mágicas, pero sí garantizó que con paciencia, constancia, sentido común y capacidad de adaptación es posible recuperar el sueño perdido.

-Su método no tiene nada que ver con técnicas como la del doctor Eduard Estivill. Usted cree que dejar llorar a un niño no es efectivo. ¿Y los que hemos creído a Estivill y nos ha funcionado?

-No creo en la culpabilidad de los padres ni que haya que torturarse por haber hecho algo que consideramos adecuado en un determinado momento. El único problema que tengo con el método Estivill es que yo creo que, si tienes la opción y te puedes adaptar al ritmo del niño, es mejor un método más pausado, más respetuoso y con menos lágrimas.

-¿Y qué propone?

-La base principal es fijarse en el niño, no existe un método que funcione igual para todas las familias. Lo primero que hago es fijarme en los niños y ver cómo funciona su cuerpo. Todos tenemos un reloj interno: algunos somos más madrugadores, otros menos... y cada niño es diferente. Todo debería construirse en base a cómo funciona él. Si tratas de imponer un horario que va en contra de su ritmo, vas a fallar, uses el método que uses. Y, sobre todo, respetar el sueño: vivimos en una cultura en la que no le damos al sueño la importancia de la nutrición o el ejercicio, cuando deberíamos.

-¿Entonces el niño es el que manda?

-Lamentablemente, al principio, tiene que ser así. El aprendizaje en los niños se fija durante el sueño, y si no tienen un sueño de calidad, eso afectará a mucha áreas de la vida. Cuando tomamos la decisión de ser padres deberíamos ser conscientes de que, al menos durante el primer año, tenemos que cambiar un poco nuestra vida y ajustarnos a esta nueva personita.

-El sentido común se impone...

-Y no es tan común últimamente. Hace falta cariño, paciencia y consistencia.

diana g. blanco especialista en el sueño infantil