Las ventas de coches cayeron un 52 % en la última década

x.r. santiago / la voz r.M. santiago / la voz

SANTIAGO

La nave que albergó la Opel de Santiago permanece cerrada a la espera de un dueño.
La nave que albergó la Opel de Santiago permanece cerrada a la espera de un dueño. Xoán a. soler< / span>

El sector vive convulso con cierres y cambios en los concesionarios

31 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los concesionarios compostelanos de vehículos están resistiendo la crisis con la conciencia de ser un sector poco propicio en etapas como estas. Y así lo indican los propios profesionales, que han visto desinflarse las ventas. Por el momento, la ciudad es una de las que más resiste en comparación con otras urbes de la comunidad. «Pero a situación é insostible. Non se venden coches, e os que se venden non dan beneficios», señala el dueño de una concesionaria.

Pese a todo, en estos últimos años hubo movimientos en el gremio, algunos de los cuales significaron cambios de titularidad y otros la clausura empresarial. Uno de ellos estos afectó a Alfa Romeo, cuyo propietario Amadeo Pose trasladó su sede desde el Milladoiro al Polígono del Tambre en el 2008 y, cuatro años después, la crisis lo tumbó. Ahí, en Isaac Peral, permanece cerrado, sin visos de vida.

En el mismo estado se halla el concesionario de Mazda, que dejó de latir hace dos semanas en el mismo polígono. Sport Auto Santiago no ha podido más y ya hay en el Tambre un espacio de alquiler dispuesto para quien quiera resucitar un negocio automovilístico o de otro tipo.

No muy lejos, en Amio, Composmotor se fue al garete antes del apogeo de la crisis. La representante de Opel y Chevrolet en la capital gallega fue adquirida en su mayor parte por la potente Pérez Rumbao. Se dejó Chevrolet, que se lo llevó Noyamóvil.

En la misma carretera de A Coruña, a la altura de Boisaca, la firma herculina Louzao se hizo con el control de Mercedes tras alcanzar un acuerdo con Conde Medín, antiguo propietario de la concesionaria. El grupo Louzao ya ostentaba en Compostela la representación de Chrysler.

En la otra punta, ya dentro de Ames, también hubo movimiento. Esta vez fue una entidad carballesa, Dimonorte (perteneciente a Dimolk) la que se hizo con Peugeot, hasta entonces en manos de Núñez Galicia.

La difícil situación del sector hace que el oleaje de cambios vaya a intensificarse, y muy probablemente el siguiente paso se dé en la firma Autos Lobelle, ostentadora de la marca Nissan y envuelta en un ERE, que podría pasar a manos de Renault Caeiro. Las negociaciones están en marcha, pero no cerradas.

El difícil momento del sector afecta, de manera más o menos intensa, a la veintena de concesionarios de Santiago, y hay propietarios que para sobrevivir llegan a rebajar los precios hasta un 30 %. Uno de los principales problemas, según el presidente de los empresarios del Tambre e integrante del sector, Jesús Chenel, es la falta de crédito. «Ten que haber financiación e confianza», indica.

Un 52 %. Hasta ahí ha descendido la matriculación de vehículos en Santiago en el último decenio, un período cuyas fluctuaciones reflejan tanto las mieles de la opulencia como la crudeza de la crisis. Las cifras a nivel compostelano lo dejan claro, con una progresión siempre en ascenso en el primer lustro, salvo en el 2006, en que las matriculaciones rozaron los 5.000 vehículos, cuando el año anterior se habían acercado a los 5.500. Y es que el 2008, ya con la crisis a pleno galope, marcó el punto de inflexión. Los registros constataron a final de año lo que el sector venía sufriendo ya con carácter general. Las matriculaciones descendían en Compostela hasta un 26 % y se situaban en las 3.744, lejos de las 5.058 del año anterior, que se quedó con el segundo mejor resultado del período pese a que la crisis comenzaba a asomar ya. Desde entonces, la gráfica no ha parado de caer, y de forma acusada. El 2012 se cerró con 2.014 vehículos, un 52 % menos que en el 2003 (un 60 % en todo caso en relación con el 2007).

Hace 10 años, la capital matriculó 4.194 vehículos, mientras que el resto de la comarca 1.772. Y aunque con significativas diferencias según uno u otro municipio, en conjunto sus registros han descendido un 45 %. Val do Dubra, Boqueixón y Vedra han tenido el peor comportamiento, con bajadas del entorno del 60 %, mientras que Teo y Ames se han quedado en la órbita del 40 %. La crisis no parece haber alterado la relación entre los vehículos nuevos y los usados. Si en el 2003 y el 2007 estos últimos suponían en torno al 3,5 % del total, en el 2012 representaban el 1,3 %.