La quinta parte de la corporación ya renunció antes del ecuador del mandato

La Voz

SANTIAGO

24 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los compostelanos lo tienen cada días más difícil para identificar a sus munícipes. Nada menos que la quinta parte de la corporación ha dicho adiós en el año y medio del actual mandato, y entre ellos los dos líderes de los grupos mayoritarios. Uno agobiado por sus deudas con Hacienda. Es el caso del alcalde que estrenaba el actual período municipal el 1 de julio del 2011 después de que la instancia electoral competente resolviese a su favor la pugna con sus contrincantes políticos por un puñado de votos. Gerardo Conde Roa se despedía de la actividad municipal, sin embargo, diez meses después de haber conquistado la alcaldía para el PP tras sucesivos gobiernos socialistas primero y de coalición con el BNG, después.

Su predecesor en el cargo, Xosé Sánchez Bugallo (PSOE), se mantendría medio año más en Raxoi, hasta noviembre del 2012, después de que las urnas no le otorgasen la confianza para revalidar el bipartito que presidió durante tres mandatos. La ocasión para decir adiós a la actividad municipal se la brindaría la convocatoria de las elecciones autonómicas, con las que ganó un escaño en O Hórreo. Pero no se fue solo. Con él se despidió Marisa del Río, socialista también y una de las caras más nuevas en la arena municipal.

No tardaría en seguirles Paula Prado, la hasta entonces portavoz del actual gobierno. Pero en su caso no fue la pérdida de apoyos en las urnas la que condicionó su salida, sino la profundísima crisis interna que abrió en el PP la sucesión de Conde Roa y que agravó claramente la instrucción de la operación Pokémon y su incidencia en el Concello capitalino.

La última dimisión

Y Albino Vázquez habría de presentar también su renuncia apenas quince días después. En este caso de forma traumática, como el líder con el que había iniciado su andadura en las responsabilidades de gobierno de Raxoi. La dimisión del ya ex concejal de Mobilidade, formalizada el pasado lunes, se aceptará en el pleno del próximo jueves, el mismo en el que Meijide tomará posesión. Si Vázquez asiste podrá participar en la sesión hasta que se acepte su dimisión. De no hacerlo, Currás tendrá que echar mano de nuevo del voto de calidad, algo nada inusual en los últimos meses.