«Me voy a Chipre por amor al arte»

SANTIAGO

CEDIDA

Esta joven de Ames completa su formación en turismo en Nicosia

23 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La participación del IES de Bertamiráns (Ames) en un proyecto de desarrollo sostenible europeo y el viaje que varios alumnos realizaron por ese motivo a Grecia en el 2007 permitió a Teresa Bouza comenzar un idilio con la cultura helénica. Las amistades formadas y el atractivo del país le empujaron a regresar allí durante dos veranos para trabajar como camarera y vivir el territorio desde dentro. Tras comenzar sus estudios de turismo en A Coruña y conocer a varios Erasmus de origen chipriota, la joven decidió dar el salto a esta isla para completar su formación práctica y realizar el proyecto de fin de grado.

-¿Por qué eligió Chipre?

-En Grecia ya había estado en varias ocasiones. Conozco bien el idioma y, en general, todo su arte. Cuando me trasladé a A Coruña para estudiar turismo conocí a varios estudiantes chipriotas, uno de los cuales es mi actual pareja. Me iniciaron en el país y durante los veranos del 2011 y 2012 me fui a conocer la isla, que me gustó mucho. Por ello me decidí a realizar aquí las prácticas finales del grado. De todas formas, lo que más me empujó a decantarme por este destino fue el amor que siento por la cultura helénica clásica. Además, en Chipre resta mucho por hacer en el ámbito turístico, como poner en valor todo su patrimonio histórico-artístico. Es un lugar idóneo para poder crecer profesionalmente.

-¿Es su primera experiencia laboral en el país?

-Sí, aunque ya tengo colaborado en asuntos de turismo. Por ejemplo, en la última edición de Fitur estuve en el stand de Chipre. Fue una experiencia muy buena, muy intensa. Y realmente te das cuenta de que para muchos españoles ese país aún es un gran desconocido. De hecho, Chipre no tiene oficina de promoción turística en España.

Ahora, en marzo, ya empiezo las prácticas en una agencia mayorista, por lo que mi día a día consistirá en visitas guiadas, recepción de turistas y comercialización de ciertos productos. Mi base será Nicosia, donde viviré. A Galicia regresaré en verano para presentar el proyecto final, el otro aspecto que me falta para graduarme.

-¿En qué consiste?

-Trato de comparar el éxito que tuvo el Camino de Santiago, sobre todo, a partir del Xacobeo 93, y su consideración como producto turístico estrella, con otra ruta europea que sigue las huellas del Apóstol San Pablo por varios países. Uno de ellos es Chipre. Este itinerario, que atraviesa la isla de este a oeste, necesita un replanteamiento y podría servir como eje para organizar el patrimonio del país.

-¿Qué le atrae de Chipre?

-Allí me siento muy bien. La gente es abierta, sociable. Se toman la vida con más calma. Por lo demás, me gusta el clima, aunque en verano se alcanzan los 43 grados, y la comida, en la que se mezclan los platos y especies turcas con la dieta mediterránea. Por el contrario, echo de menos el verde. Allí casi todos los paisajes son áridos.

-¿Qué recomendaría del país?

-Más allá del turismo de sol y playa, que rodea toda la isla, promocionaría varios cascos históricos, como el de Nicosia, que guarda un gran trasfondo histórico. Se trata de la única capital que aún está dividida, con una línea de demarcación que separa la zona norte, invadida por los turcos, de la sur, grecochipriota.

-¿Cuál será la próxima etapa?

-Solo me planteo mi futuro próximo, que está en Chipre. Tenía claro a dónde quería ir. Yo no soy uno de tantos españoles que se van por necesidad. Ya no me planteé buscar trabajo aquí.

Si quiere dar a conocer su trayectoria en el extranjero escriba a santiagoweb@lavoz.es