Santiago aportó el pasado año 161.000 euros y, además, gasta otros 50.000 euros en el servicio de lacería, que solo atiende al municipio de Santiago. Este año, ante la marcha de Ames, Compostela tendrá que asumir un coste mayor. Castelao apuntó que una de las propuestas en las que se trabaja sería la de ampliar el servicio de lacería de Santiago a los dos únicos concellos que quedan en el refugio. Claro que siempre que la oferta sea más atractiva que la que se disfrutan ellos. Esta opción sería un aliciente para permanecer fieles a Bando y, quizás, incluso para recuperar a los concellos que optaron por abandonar el refugio de animales.
Actualmente, en Bando solo se presta servicio al propio municipio de Santiago y a los de Teo y Vedra. Cuando se construyó el refugio, la idea era que se convirtiera en un centro comarcal y la intención era ir sumando nuevos municipios socios a media que se ampliaban las instalaciones. Pero esta pretensión se vio abocada al fracaso casi desde el inicio. La constitución de la Fundación, que iba a ser la encargada de gestionar el servicio, tampoco resultó ser la mejor vía y los abandonos han sido constantes.