«Me ofrecieron ser chef en Manila y no me lo pensé»

SANTIAGO

CEDIDA

Este santiagués dirige desde verano la cocina de un restaurante español y, poco a poco, introduce recomendaciones gallegas

12 ene 2013 . Actualizado a las 12:35 h.

Las ansias de conocer mundo, de ampliar experiencia y de practicar inglés llevaron a Daniel Alberto Vázquez a asumir desde este verano el puesto de jefe de cocina en un exclusivo restaurante de Manila. Este joven compostelano, que ya se crió entre aromas de café recién tostado y chocolate al ser hijo de los dueños del bar Metate, amplía así una trayectoria iniciada en Pontevedra con un FP de cocina y asentada con diversas prácticas en restaurantes gallegos, vascos y de Madrid.

-¿Cómo le surgió la oportunidad de ir a Filipinas?

-El año pasado, y mientras trabajaba en el Club Allard de Madrid, les comenté a mis jefes que me gustaría poder conocer otras gastronomías. Poco después, ya se me brindó la gran oportunidad de dirigir la cocina de un restaurante español en Manila y no me lo pensé dos veces. Desde que me confirmaron la oferta hasta que cogí el avión pasaron pocos días, los imprescindibles para ir a Santiago, ponerme las vacunas, renovar el pasaporte... Acto seguido, crucé el mundo y me vine a Asia. Pero no me arrepiento, estoy como en una nube.

-¿Cómo fue su adaptación?

-Yo llegué a Manila en agosto, cuando el restaurante llevaba poco tiempo abierto. Desde el principio me tuve que esforzar con el inglés porque sólo tenía unos conocimientos básicos. Pero más allá de eso, trabajar aquí es muy agradecido. Adoran la comida española y aprecian todo lo que preparas. Mis jefes son catalanes e incluyen muchos productos de su tierra. Pero yo también introduzco poco a poco algunos platos gallegos, como las vieiras, la empanada o el pulpo, que les encanta. Lo siguiente será el lacón.

-¿Qué es lo que más le gusta?

-Lo que más me agrada, además de lo mucho que aprendo, es el prestigio y el reconocimiento. A este restaurante, que está en la zona más exclusiva de Manila, acuden políticos y gente conocida y de gran poder adquisitivo. Aún así, los responsables me piden que salga a saludar mesa por mesa. Te felicitan aunque se sorprenden de que sea tan joven. Algo que me sorprendió fue que, poco después de llegar, salí en un programa de televisión, en un reportaje sobre cinco chefs que despuntaban. Para mi es todo nuevo y es todo un sueño.

-¿Cómo es la vida en Manila?

-Es muy diferente, ya solo en cuanto al clima. Hay una temperatura media de 25 grados. Mis padres, que vinieron a verme, comentaban lo raro que se les hacía pasar la Navidad en la piscina, y sin turrón. Desde que llegué, y cuando no estoy en el restaurante, siempre ando en chanclas y en camiseta. Aparte de eso, aquí la gente es muy agradecida. Son educados y alegres, risueños. Aunque sí que se nota choque cultural. Por ejemplo, en el restaurante rezan antes de cada comida. También se toman la vida con mucho más calma que en España.

-¿Hay mucha división entre ricos y pobres en Filipinas?

-La verdad es que sí. El restaurante, por ejemplo, está en una zona muy exclusiva. Está situado en un rascacielos con helipuerto. La gente viene a cenar en helicóptero y hay una seguridad extrema por la importancia de los clientes. El edificio donde vivo, que está junto al restaurante, tiene cuatro ascensores y 35 plantas. Eso sí, a tan solo cinco minutos el panorama cambia y la gente vive en la extrema pobreza. Manila es una ciudad de grandísimos contrastes.

-Por lo que comenta, no se arrepiente de la decisión tomada

-Ahora no, aunque reconozco que hace dos meses se me hizo un poco duro. Sin embargo, que mis padres cruzaran el mundo para venir a verme fue un empujón enorme. Ver lo orgullosos que están de mi trabajo es lo que más me anima. Me encantaría volver, pero viendo lo que aprendo y la calidad de vida que tengo aquí, y que no iba a tener en España, no dudo. Y eso que tengo mucha morriña. A la gente joven nos toca emigrar... Además, la verdad es que el restaurante tiene éxito y en verano ya abriremos el segundo local en Manila.

Si quiere dar a conocer su trayectoria en el extranjero escriba a santiagoweb@lavoz.es.