El albergue Xoán XXIII detecta un incremento de la pobreza

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Novacaixagalicia renovó el convenio de colaboración con la entidad

20 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La pobreza está ganando terreno en Santiago y de ello puede dar buena cuenta el personal del albergue Xoán XXIII, que cada día constata la llegada de personas nuevas que acuden «para pedir ayuda para atender las necesidades más básicas», apuntó Francisco Javier Honrubia, director del centro, durante la firma de la renovación del convenio de colaboración con Novacaixagalicia. Honrubia dijo que en el albergue, además de acoger a personas sin hogar durante la noche y durante el día, también se está prestado ayuda de emergencia a familias de Santiago que «han perdido su trabajo, que tienen dificultades para llegar a lo básico».

Hasta 77 personas reciben cada mes comida procedente de los lotes que recibe el albergue desde el Banco de Alimentos. «Pero también el banco tiene cada vez menos, supongo que porque somos muchos a repartir», se lamenta Honrubia. Otros 55 usuarios son atendidos con lotes de alimentos adquiridos directamente con los recursos del albergue. «Estas entregas están perfectamente registradas y tienen que firmar conforme reciben los alimentos para evitar picarescas, que no digo que no haya algo, pero eso no quita que ahora la situación va a peor».

A lo largo del pasado año, el albergue contabilizó 2.618 servicios de duchas, ropero, peluquería y atención médica y psicológica. Al margen de los datos que no están cerrados, Honrubia estima que las duchas se han duplicado este año, porque muchas familias optan por utilizar el servicio del albergue al no tener dinero para sufragar el gasto de gas. El director del centro aseguró que se está produciendo un cambio en el perfil del usuario, ya que ahora no solo acuden los habituales sin techo, sino también «los que se han quedado sin trabajo, los que no tienen ingresos; muchos son inmigrantes, pero también nacionales». Apuntó que, ante el anuncio de la próxima apertura del centro comercial de As Cancelas, «se recibió a un aluvión de personas que venían para hacer su currículo». El año pasado fueron 728 las personas que pasaron por el albergue, «este año se ha superado ya». En la acogida de día fueron 262, «que también son más».

El director del albergue recordó que, en sus orígenes, el centro ofrecía cursos pero «cuando los ayuntamientos asumieron esta oferta; el Xoán XXIII se reorientó hacia el albergue al ver que ya no éramos necesarios para esta formación y pensamos en ayudar en otra cosa». Ahora, debido a la crisis económica, el centro se quedó pequeño y fue necesario ampliar las instalaciones para acoger a más personas de día y de noche. Las obras fueron financiadas por la Diputación, Caixa Galicia y la congregación franciscana. Honrubia dijo que, además del acogimiento, el albergue ofrece atención para las necesidades básicas, pero también para «recuperar a las personas, para lograr que recuperen la autoestima». En este sentido, se realizan cursos de formación para mejorar la situación de cara a la obtención de un empleo. Actualmente se imparten cursos de mozo de almacén, inglés y cocina.