«Hay farmacias en concurso de acreedores a causa de la crisis»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

«Dejar de financiar 426 fármacos no va a generar ahorro», afirma

29 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El 1 de julio María José García completó 25 años como farmacéutica, en O Castiñeiriño. Ese mismo día empezó el nuevo sistema de copago de medicamentos, y otras medidas posteriores, que convirtieron este mes en «el peor de mi experiencia profesional, el más caótico, el de más problemas para la farmacia y para los usuarios. Sobre todo la primera quincena fue una desesperación, no daba crédito a lo que pasaba», valora.

-¿Cómo aceptan los pensionistas el copago de los fármacos?

-Veo más acertado hablar de repago, porque se pagaron unos impuestos y unas cotizaciones esperando que iba a ser de una manera y ahora es de otra. Desde que estoy en la farmacia es la primera vez que pagan los pensionistas. Hubo sobre todo dos reacciones: la de quienes aceptaban pagar, pero pidiendo otras medidas de ahorro, o que se devuelva lo que se robó, o recortes en los políticos; y quienes no pueden pagar, porque para una pensión de menos de 500 euros restarle 8 euros puede suponer el presupuesto de 8 comidas, o de ir 15 días a la panadería. Sobre todo si con esa pensión se ayuda además a hijos en paro, que hay casos.

-¿Han agotado los 8 euros muchos pensionistas?

-Hay de todo, algunos agotaron ese margen hace días y dejaron de pagar, esa es una de las cosas buenas del sistema en Galicia; otros no, porque ahora los medicamentos son muy baratos, muchas aportaciones son de menos de 1 euro. Hay personas que llevan un paquete de chicles y un medicamento y los chicles le cuestan tres veces más. Muchas farmacias nos preguntamos cómo vamos a sobrevivir con márgenes tan pequeños.

-Y se sumó el problema de los precios, ¿cómo se explica?

-Habíamos acordado que entre el 10 y el 15 de cada mes se conocerían los precios que se modificaban el día 1 del mes siguiente, para que hubiese una previsión y las farmacias pudiesen planificar las compras. Habíamos hecho unas previsiones por ejemplo de simvastatinas [fármacos para disminuir el colesterol] y de pronto encontramos que unos laboratorios que no conocíamos ofrecían esos fármacos a un precio más barato, lo que impedía que pudiésemos dispensar las existencias que teníamos, de laboratorios conocidos, pues el sistema no nos dejaba. Mucha gente se fue sin la medicación o tuvo que pagarla; y no se la podíamos adelantar aunque les conociésemos, pues no sabíamos qué iba a ocurrir.

-Va a retirarse la financiación a 426 fármacos, ¿aumentarán los problemas?

-Se anunció esa medida para agosto, pero no tenemos aún confirmación. Personalmente pienso que se debía recortar en otro sitio, dejar de financiar esos fármacos no va a generar ahorro. Si a una persona que tenga moco se le quita un mucolítico lo único que se va a conseguir es que no lo tome, que siga con el moco más tiempo, y probablemente acabe en el hospital con una sinusitis, una otitis o una neumonía. Un catarro mal curado puede generar muchas complicaciones; y un ingreso en el hospital por ahorrar en fármacos tiene un coste muy elevado.

-¿Cuáles ve como las principales repercusiones de los problemas de julio?

-Para los farmacéuticos, entre el acopio de fármacos que hubo en junio antes de la subida, los problemas en la dispensación, y que mucha gente se retrajo a consumir por temor al copago, desciende mucho la facturación este mes: si era lo que buscaban, lo han conseguido. Y por parte de los usuarios, aumentaron consultas porque muchos tuvieron que ir al médico a buscar otro fármaco; e incluso habría que ver los ingresos hospitalarios por dejar de tomar medicación; eso también cuesta.

-¿Ha cambiado mucho la farmacia en sus 25 años de profesión?

-Mucho. Hace 25 años no teníamos ni ordenadores. Ahora el trabajo es menos farmacológico y más técnico; la informática facilita conocer las interacciones de medicamentos y otras cuestiones. La farmacia derivó a un trabajo demasiado burocrático: estar al día de lo que puedes dispensar, la facturación, la aportación... al final queda menos tiempo para explicar al usuario que tome bien su medicación, que creo es nuestra misión principal. Y somos pequeñas empresas con dificultades para tanta gestión.

-¿Cómo son las farmacias de Santiago?

-Aquí hay más farmacias por habitante que en otros lugares, una situación de cuando no había límites, y favorecida porque está la Facultad. Son farmacias en general pequeñas, con poca facturación, que ahora pasan la mayoría un mal momento.

-¿Hay amenazas de cierres?

-De momento no, pero sí hay demandas judiciales por impagos a las cooperativas, o concursos de acreedores a causa de la crisis; además de tener que afrontar problemas de impagados. Los recortes están afectando mucho.