Baches con nombre propio

nacho mirás SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La falta de mantenimiento deja un paisaje desolador en el casco urbano y los accesos

22 abr 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace años que Santiago no se caracteriza por lo saneado de su red viaria. Y la cosa va a peor. La falta de conservación durante el invierno y las lluvias de los últimos días han empeorado el firme no solo en las vías de acceso a la capital de Galicia, sino también de calles céntricas y fundamentales para el tráfico.

Empezamos la ruta en el tramo urbano -y gratuito- de la AP-9, que circunvala la ciudad entre los kilómetros 67 (San Lázaro) y la salida de O Milladoiro (75). El firme es desastroso en la incorporación de San Lázaro sentido Vigo. Tanto que muchos vehículos ni siquiera esperan a que se acabe la línea continua y, para evitar los baches, se meten directamente en la vía realizando maniobras muy peligrosas. Si uno va en moto, el riesgo es mayor. Más baches, hundimientos y parches a varios niveles poco antes de llegar a la Cidade da Cultura, alrededor del kilómetro 70. Y terrible la propia salida y la conexión con la AG-56, que luce vistosos boquetes en su kilómetro cero.

En la misma AP-9, pero en sentido contrario, la mala conservación y el abandono por parte de la concesionaria clama al cielo. Los problemas se concentran, exactamente, en el mismo tramo que solo se arregló, hace unos años, después de una intensa campaña mediática: entre los kilómetros 70,5 y 67. Según se sube, la situación empeora y los que se conocen el percal circulan directamente por el carril izquierdo, con el consecuente peligro de colisión.

En plena ciudad

Ya fuera de la autopista, lo difícil es encontrarse alguna vía completamente saneada. La Nacional 550 es una montaña rusa desde la rotonda de enlace con la avenida de Asturias hasta la entrada del polígono del Tambre. Una situación similar se da en el entorno de San Caetano, donde el reluciente asfaltado del futuro acceso al centro comercial de As Cancelas contrasta bruscamente con una calzada destrozada. Un agujero peligroso y profundo se abre junto al semáforo. El bache de la calle García Lorca, en sentido de bajada, es un clásico; deberían ponerle nombre. Lo tapan y sale solo, como si estuviera programado. Más en el centro, el sentimiento que provoca circular por Carretas es una mezcla de rabia y vergüenza: agujeros, piedras, asfalto, chapacuña, todo mezclado y todo destrozado, al igual que ocurre en Patio de Madres, Castrón D?Ouro o Carme de Abaixo, zona esta última especialmente castigada por el abandono. Nota aparte merecen la rúa de San Pedro, que se está volviendo intransitable, y Concheiros.

La rúa Betanzos, A Senra, la avenida de A Coruña y el entorno del campus... Y si salimos a la zona rural, Angrois se lleva la palma, aunque la presión de los vecinos ha servido para que se tomen soluciones. Tal como está el panorama económico, el mapa de baches de la capital de Galicia solo puede empeorar. En el recorrido se constata que los parches no duran y que, lejos de ser una solución, acaban aumentando el problema.