La unidad voto de las dos ramas nacionalistas fue constante en el pleno
14 mar 2012 . Actualizado a las 19:57 h.La corporación municipal de Teo se adaptó ayer al nuevo marco político nacionalista surgido de la escisión del Encontro Irmandiño del BNG que tiene en el regidor teense, Martiño Noriega, uno de los máximos representantes de los escindidos.
Tal y como había anunciado el Consello Local de Bloque teense horas antes del debate plenario, los ediles Manuel Anxo Fernández y Carmen Diéguez escenificaron su distanciamiento político de Martiño Noriega y de los hasta ahora seis compañeros de filas políticas y también de gobierno.
El primer punto de distancia llegó con el ritual de la ocupación de puestos en el salón de sesiones. Los dos concejales, que antes se sentaban a ambos lados de Noriega, lo hicieron juntos pero sin abandonar las plazas centrales ocupadas por el gobierno.
Antes de este cambio, el BNG se desmarcó del gobierno de Martiño Noriega al anunciar las mociones que presentaba al pleno de ayer, unas propuestas más numerosas que las recogidas en el orden día, ya que ayer mismo Manuel Anxo Fernández ejerció de portavoz del BNG para presentarlas.
Votación sin fisuras
Con el antecedente de que la asamblea local anunció que si Noriega y sus concejales afines no abandonaban el BNG «non imos promover nin apoiar un cambio de goberno local, xa que no que dependa do BNG esta situación non vai ser ningunha oportunidade para o PP e a nosa actuación institucional seguirá sendo coherente e construtiva», todas las propuestas de ambas facciones fueron aprobadas mutuamente.
El principal acuerdo, referido a la adjudicación del contrato de alumbrado público, fue ratificado por los nueve concejales nacionalistas y el PP. El pleno también tuvo un cálido recibimiento a Manuel Parajó, que se incorporó tras una enfermedad.