El Clínico trató el último año unas 5.000 alergias infantiles

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

Las detectan entre pediatras, gastroenterólogos y atención primaria

22 feb 2012 . Actualizado a las 07:09 h.

La unidad de neumología y alergia infantil del Clínico ha asistido el último año unos 5.000 casos de alergias de pacientes del área sanitaria. Las más habituales han sido las alimentarias, respiratorias, de la piel o a medicamentos. A los niños se les efectúan analíticas, pruebas cutáneas en piel o análisis de sangre para verificar si son alérgicos. En el caso de alimentos, se exponen además directamente en su piel; o se les da a consumir el sospechoso de producir la alergia de forma controlada, lo que se conoce como test de tolerancia o provocación, que confirma o no si es una alergia.

La demanda para diagnosticar y tratar alergias alimentarias crece hace años, y los tres especialistas que ejercen en la unidad colaboran para su diagnóstico y tratamiento con los de gastroenterología pediátrica.

«El último año hemos realizado unas 400 provocaciones en niños sospechosos de alergia a algún alimento, medicamento, y otras. Los centros de salud nos envían casos que han tenido una urticaria, edema de boca, problemas respiratorios, o sensación de mareo. El 70 % de las alergias de alimentos en pacientes infantiles son a los huevos y a la leche de vaca», afirma Eladio Rodríguez, coordinador de la unidad de neumología y alergia infantil. Les siguen al pescado, marisco y frutos secos.

En otros lugares se ven casos de anisakis, parásitos que pueden producir alergia al consumir pescado crudo «pero aquí es raro, porque se cocina. También son escasas, aunque se incrementan, alergias a cacahuetes o a la soja, frecuentes en otros países», agrega. A los 4 años, el 80-85 % de estas alergias alimentarias se superan, indica.

Asma bien controlada

Rodríguez señala que «probablemente ahora diagnostiquemos más alergias alimentarias y haya más». Los alimentos que incluyen aditivos, conservantes, o que tienen modificaciones genéticas, «no sabemos hasta qué punto podrán repercutir en alguna alergia», advierte.

De las restantes alergias, entre las respiratorias la más frecuente es a los ácaros del polvo. El asma en esta unidad se controla bien en general, con tratamientos pautados para situaciones individuales que se pueden presentar en el curso de la enfermedad.

«En Santiago tenemos pocos ingresos por asma, porque hay buena coordinación con los servicios de urgencia. Y hasta los 3 o 4 años de edad no hablamos de asma en los cuadros respiratorios», sostiene Eladio Rodríguez.

La mayoría se superan

El 80-85 % de las alergias alimentarias se superan a los 4 años de edad.