«EL ESCENARIO ES LA MEJOR TERAPIA CONTRA EL ALZHÉIMER»

La Voz

SANTIAGO

JUAN JOSÉ VILLAMOR | CANTANTE, SUCESOR DE LUIS MARIANOEl sucesor gallego de Luis Mariano, según los franceses, vive hoy casi retirado en A Coruña tras una exitosa carrera como cantante

28 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

En A Coruña fue siempre conocido como el peluquero de París, el oficio de su madre, que él también desempeñó por todo el mundo. Pero en París a Juan José Villamor se le recuerda sobre todo como «el sucesor de Luis Mariano», uno de los artistas más admirados en Francia.

El compositor Francis López lo descubrió un día en el Montecarlo de Grace Kelly, y a partir de entonces recorrió todos los países del área francófona protagonizando operetas como El cantor de México o La bella de Cádiz con enorme éxito.

-¿Cómo descubrió usted el canto?

-Estaba terminando mis estudios de profesorado mercantil en A Coruña y se me abrían dos posibilidades, o dedicarme a la banca o cantar, que era lo que realmente me gustaba. Cuando vi la película El gran Caruso, con Mario Lanza, decidí que aquello era lo mío. Así que ingresé en El Eco.

-Pero su paso por la coral fue efímero: ¿por qué?

-No había posibilidades de progresar, los más veteranos del coro te cortaban el paso. Pero aun así canté dos temporadas en el Festival de Ópera coruñés. Llegué a compartir escenario con Alfredo Kraus, Antonio Campó y Manuel Ausensi, que para nosotros eran dioses, ni siquiera nos atrevíamos a hablarles.

-Y entonces decide marcharse a París?

-Me fui a París porque uno de mis tíos tenía allí una peluquería y podía echarme una mano. Creí que todo sería más fácil, pero las oportunidades eran escasas. Así que mi tío me persuadió para que trabajara con él en la peluquería. Al poco tiempo comencé a colaborar con L?Oreal haciendo presentaciones de peluquería por todo el mundo. Presentar se me daba muy bien, incluso llegué a trabajar en el Festival de Cannes.

-Pero su lanzamiento como cantante se produjo en el Mónaco de Grace Kelly, ¿no fue así?

-Sí, dábamos un espectáculo de peluquería en el Sporting Club de Montecarlo, y, como siempre que fallaba alguna modelo o así, mis jefes me pidieron que saliera a cantar. La suerte hizo que entre el público se encontrara ese día Francis López.

-¿El descubridor de Luis Mariano fue también el que lo descubrió a usted?

-Aquí se desconocen las dos facetas de Francis López. Además de ser el descubridor de Luis Mariano, fue el autor de operetas como Andalucía, La bella de Cádiz o El cantor de México, que aún hoy se siguen representando en París. López me hizo una prueba y se decidió a apoyarme. Estudié durante algún tiempo con Paulette Chalanda, una soprano de la Ópera de París, dejé la peluquería y me dediqué a recorrer toda Francia y los países del Benelux cantando opereta.

-¿Fue en esa época cuando en Francia se comenzó a hablar de usted como el sucesor de Luis Mariano?

-Sí, la prensa gala me otorgó ese título, lo cual supone un gran honor para mí porque él fue uno de los artistas más queridos, admirados y respetados en ese país. Allí se le reconoció mucho más que en España. En Francia, Mariano fue un auténtico ídolo popular, llegó a tener un club de fans con 35.000 mujeres.

-¿Qué era lo que usted más admiraba de Mariano?

-Todo, desde su presencia, con esa sonrisa suya tan característica hasta la facilidad de su canto, que se prodigaba en recursos de gran estilista, como los filados que hacía o su facilidad para el agudo. También he admirado mucho a Mario Lanza, por el que empecé a cantar; a Pavarotti, una voz como solo se encuentra una en un siglo, y a Domingo por su musicalidad.

-A usted le pasó un poco como a Mariano, y ni siquiera en su ciudad, A Coruña, ha sido nunca muy reconocido, ¿no?

-No, aquí nunca, nada. Yo después inicié una carrera en solitario, con la que di varias vueltas al mundo cantando en todos los países, pero en A Coruña solo me reclamaban por mis dotes de peluquero. Cuando venía de vacaciones las señoras querían que las peinara el peluquero de París. En el 2005 decidí retirarme y regresé. Desde entonces sí he dado un par de conciertos en el Rosalía y en el Colón, con un gran éxito. En este último teatro, hace dos años, protagonicé un homenaje a Luis Mariano que gustó mucho. Tengo setenta y cinco años y todavía amo el escenario, es la mejor terapia contra el alzhéimer.

-Precisamente el Colón, donde usted llegó incluso a compartir escenario con el gran Alfredo Kraus, acaba de cerrarse. ¿Qué le parece?

-Una tragedia. Puede ser cierto que el país esté en la ruina, pero los políticos no deben tolerar que se cierren teatros tan emblemáticos. Carlos Negreira no puede permitir que los bastiones culturales de esta ciudad desaparezcan.

«Puede ser cierto que el país esté en la ruina, pero los políticos no deben tolerar que se cierren teatros emblemáticos»