«Se relajan jugando al golf y a los bolos y luego descargan adrenalina en los karts»

La Voz

SANTIAGO

15 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

N o importa perderse. Es más, lo mejor es perderse por sus calles colmadas de tiendas, paseos, plazuelas y un sendero flanqueado por palmeras en su planta superior con negocios de hostelería de todo tipo a ambos lados. Pero si hay algo que llama la atención en Marineda City es su amplia oferta de ocio. Los mayores se lo pasan como enanos. Uno de los responsables de la pista de karts dice que tiene el trabajo soñado por todos. «Es como pasar el día en un parque de atracciones», dice. Desde que abrió en abril, han sido miles los que han corrido por la pista. Por ahora, nadie ha bajado de los 29 segundos que logró un joven el año pasado. El que más se acercó quedó a un segundo. El chico que da la salida cuenta que muchos pilotos se ponen el casco después de relajarse jugando al golf y a los bolos antes de descargar adrenalina en los karts.

No hay que ser Fernando Alonso. Ni Tiger Woods, para coger un palo y cubrir los hoyos del Mundo Maya. Tampoco hay que ser un experto en bolos para divertirse. «Aquí todo el mundo pierde la vergüenza, por muy mal que uno lo haga», cuentan en la bolera. Una espectacular sala de juegos, con las máquinas más modernas, completa una oferta de ocio dirigido a los mayores. Para los pequeños, Recórcholis, un espacio como tres campos de baloncesto con juegos infantiles.

La apertura de Marineda City supuso un gigantesco balón de oxígeno para la economía gallega. Da trabajo a 4.000 personas, que equivale casi al 1 % del número de trabajadores ocupados de toda la provincia coruñesa. Muy emotivo resulta ver ahí, por ejemplo, a Manuel, un hombre que pasó su vida en una histórica joyería coruñesa de la calle Real hasta que cerró el año pasado. De pronto se encontró en la calle y ahora está ahí, en la joyería Carlos Malde. Su propietario no puede estar más satisfecho por «apostar por este centro comercial que atrae no solo a los gallegos del norte, sino también a los del sur».

Alicia Fuentes también encontró en Marineda City un empleo. Trabaja en el servicio de limpieza y si le dicen hace un año «lo cómodo y agradable» que resulta trabajar en un centro comercial de estas dimensiones no se lo cree.

Y así hasta 4.000. Como los habitantes de Curtis. Repartiéndose las 24 horas del día durante los 365 días del año. Convencidos de que sortearán la crisis. «Cómo no, si estamos en uno de los centros comerciales y de ocio más importantes del mundo», comenta orgullosa Alicia Fuentes.