Fue para cubrir temporalmente una jubilación y ya lleva tres años como director. Álvaro Ramos (As Pontes, 1981) está tranquilo pese a las erupciones.
30 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Álvaro nos dice que los habitantes de El Hierro «ya nos acostumbramos al volcán» y advierte que los planes de emergencia «funcionaron a la perfección». -¿Se asustaron mucho al principio?
-Ni nos enteramos, todo lo que sabíamos era por los medios. Después vinieron algunos temblores y, claro está, siempre te preocupa lo desconocido. En esos momentos hicimos acopio de suministros por si se cortaban las comunicaciones por mar y aire con otras islas. Pero después los expertos nos tranquilizaron.
-¿Cuáles fueron las recomendaciones de los expertos?
-El parador es el punto de evacuación de toda la isla y tenemos un protocolo para estos casos, como, por ejemplo, no acercarte a los cristales o situarte debajo de las estructuras más fuertes, tener siempre el depósito del coche lleno, el grupo electrógeno en funcionamiento y reservas de agua. Afortunadamente, nada de esto hubo que hacer ni creo que lleguemos a esa situación.
-Pero este parador ya fue destruido por el mar.
-Sí, una noche del 99 un violento oleaje destrozó el parador y hubo que reconstruirlo. Ahora ya tenemos más medidas de protección.
-¿Cómo es la mancha verde de La Restinga?
-Depende del lugar, ya que pasa del verde al castaño oscuro con restos de la erupción. Lo que más me llamó la atención es el olor que desprende el agua, que yo diría no es de azufre, y que la temperatura del mar subió entre 7 y 10 grados.
-Los expertos y científicos están alojados en el parador, por lo que tendrá muchas oportunidades de hablar con ellos ¿Qué dicen?
-Predecir el comportamiento de un volcán, aseguran, es muy complicado, por lo que es difícil opinar. Lo que sí me dicen es que estamos ante un momento histórico, porque en España no hay muchas posibilidades de erupciones volcánicas, si exceptuamos La Palma y esta isla de El Hierro, porque son las más jóvenes y las que «están vivas». Hay que pensar que aquí hay más de 500 conos volcánicos y que la propia isla es, en realidad, producto de la acumulación de lava.
-¿Y eso no le inquieta?
Absolutamente nada, porque también me dicen que existen múltiples controles tanto en tierra como en el mar. Por eso la gente no está alarmada ni tiene miedo, pero si precaución.
-¿Agobia vivir en un pequeño trozo de tierra como este?
-La vida aquí es diferente, más tranquila, siempre luce el sol. Además hay cinco o seis vuelos diarios a Tenerife y uno a Gran Canaria.