El marido de Zara Phillips, pillado «in fraganti»

Por Josemi Rodríguez Sieiro

SANTIAGO

09 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Jueves

Escándalo

En Inglaterra estalló un escándalo, protagonizado por el jugador de rugbi Mike Tindall, reciente marido de Zara Phillips, la hija de la princesa Ana de Inglaterra y nieta preferida de la reina Isabel II. Dicen que a su majestad el deportista nunca le gustó, pero que, ante la decisión de su nieta, la apoyó, fue a la boda y le deseó mucha felicidad. El chico, físicamente entre un boxeador y un armario de dos cuerpos, aportó un currículo, en el que no faltaban dos condenas por conducir en estado de embriaguez. Se casaron en Escocia ante todos los miembros de la familia real, la novia vestida por el modisto de su augusta abuela y la presencia de sus respectivos padres con sus actuales parejas. Apenas dos meses más tarde el nuevo miembro de la familia real se fue a Australia para disputar el Campeonato Mundial de Rugbi. Zara se quedó en Inglaterra, porque el viaje era profesional y una cosa de hombres. El equipo ganó y Mike Tindall se fue a celebrarlo a un bar. Allí bebió y se propasó con una rubia que se lo comía, mientras él estaba borracho. Pero pasaron dos cosas. Una que había una cámara grabándolo todo y otra que la cosa pasó a mayores, y como en Quennstown, Australia, está permitido practicar sexo delante de todo el mundo, como la cosa más natural, se animaron. Y los grabaron. No solo las cámaras del local, sino también un guardia de seguridad, en la creencia que se merecía un sobresueldo. La noticia corrió como la pólvora. El jugador de rugbi casi lo negó. Su mujer corrió a Nueva Zelanda para restarle importancia y apoyarlo anímicamente. Todo se justificó como una trampa y una encerrona. Cuando llegaron las imágenes a Inglaterra se reconoció a la pareja que, ávidamente, había puesto tanto empeño e interés en «comérselo vivo aderezado en alcohol». Era su exnovia, una rubia despechada llamada Jessica Parker. Aquí la cosa ha cambiado. El lío toma otro cariz y Mike Tindall ha tenido que pedir disculpas públicamente por su mentira.

Viernes

Fiesta en la calle

Acudo al Barrio de Las Letras. Participo en un coloquio con Samantha Vallejo-Nájera, Begoña Zunzunegui y Pascua Ortega, entre otros, a instancias de Marta Riopérez, la directora de la revista Nuevo Estilo. Luego Pascua Ortega recibió en su casa con una decoración alusiva a la vendimia y al vino realmente espectacular con una orquesta de negros tipo Nueva Orleans. Las calles estaban animadísimas. Los puestos callejeros, repletos de antigüedades, objetos de arte y decoración, ropa vintage, entre otras ofertas daban un aspecto formidable al barrio. Una iniciativa muy buena, que inauguró Alberto Ruiz-Gallardón por la mañana.

Terminé la noche en la oficina de relaciones publicas de Nuria March, que estaba muy animada, tomando una copa, después de visitar varios establecimientos. El pintor asturiano Armando Pedrosa diseñó los escaparates de la sastrería Ankar, con un mimo cosiendo cara al publico. Felipao llenó la fachada y el interior de un restaurante con sus famosos perros.

Sábado

De boda

Acudí al Monasterio de El Escorial, donde se casaron Cecilia Lancksweert y Juan Pardo Calvo en una magnífica ceremonia con las voces de los coros de la basílica. Entre los convidados estaban los marqueses de San Nicolás de Noras, Borja Prado, Cari Lapique y Carlos Goyanes, Pupin Caruana e Ignacio Garralda, Miriam y Alfonso Cortina, Margarita y Alberto Alcocer, Isabel y Beto Salazar-Simpson, los condes de La Gomera, los marqueses de Vargas, Pina y Juan Ferrari, Marita Segovia y Rafael Pérez-Escolar, Carmen de Zunzunegui y Felipe Fernández-Santos, Ignacio Galán, Pilar Llado, Paloma y Pedro Guerrero, Tucho Cutillas, José Manuel Otero Lastres y Noelle y Jesús Quintanal.

Domingo

Gran concierto

Me voy a Sevilla para asistir al Concierto de Nuevo Futuro en el Teatro de La Maestranza, en el que Montserrat Caballé, acompañada de su hija Montse Martí, interpretaron un repertorio de ópera y zarzuela, en un escenario repleto de flores. La entrada de la duquesa de Alba, con su todavía funcionario y aspirante, y su hija la duquesa de Montoro produjo un gran alboroto, entre el publico apostado en la puerta y una enorme cantidad de fotógrafos y cámaras.

Lunes

Cena

Regreso a Madrid. Ceno en un restaurante que está de moda, que se llama Lucibombom, del grupo catalán del Tragaluz.

Martes

La exposición

Asisto a la inauguración de la exposición sobre el mundo de Yves Saint Laurent en la Fundación Mapfre. Estará hasta el mes de enero y es una verdadera maravilla. Contenido y continente son espectaculares. El poderoso Pierre Bergé está al frente de la misma, guardando la obra y la memoria de quien fue su pareja de tantos años.

La asistencia de famosos era enorme. El cóctel en el palacio, que fue residencia del político Elduayen estuvo muy bien servido por Samantha de España.

Miércoles

Y la duquesa se casó

La duquesa de Alba se ha casado con el todavía funcionario Alfonso Díez Carabantes, al que ha convertido en duque consorte de Alba. La ceremonia tuvo lugar en la capilla del palacio de Las Dueñas. Ante una treintena de invitados, con un modelo rosa palo de Vittorio y Lucchino, excusaron su asistencia su hijo Jacobo, conde de Siruela y su mujer, la periodista Inka Martí, aduciendo un viaje inaplazable; su exnuera Matilde Solís, que está completamente retirada desde la separación de su último marido; su hija la duquesa de Montoro, que tuvo que ser ingresada esta misma mañana en la clínica madrileña Ruber, a causa de un inoportuno brote de varicela; la practica totalidad de los hermanos del novio, de los que se rumorea que, supuestamente, podrían no estar convidados.

Me sorprende que la duquesa de Montoro, con la que coincidí el domingo en el concierto de Montserrat Caballé y con la que, después, en casa de los marqueses de Benamejí, sostuve una conversación y la encontré muy guapa, muy favorecida con su nuevo corte de pelo, se pusiera tan enferma y volviese a Madrid, cuando apenas veinticuatro horas mas tarde tenía que haber asistido a esta boda, para ser testigo del último capricho de su madre. Me han informado que la duquesa de Alba quiere venir para verla y ocuparse directamente de su hija.