Los colores del surf inundan la salvaje playa de Pantín

Por Antón Bruquetas

SANTIAGO

La prueba del campeonato del mundo de este deporte congrega a competidores y espectadores llegados desde todos los rincones del planeta.

18 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Durante la mayor parte del año, la playa de Pantín, una pequeña localidad del municipio de Valdoviño, es un lugar salvaje, casi solitario. Un enclave donde el gris asfalto del cielo y del mar embravecido se funden con el verde prácticamente en secreto, bajo la mirada de unos pocos privilegiados. Sin embargo, a lo largo de una semana, la celebración del Pantín Classic, una prueba del campeonato del mundo de surf, revoluciona y tiñe de color este lugar.

El arenal comienza su transformación días antes de que arranque el evento, cuando los aproximadamente 160 competidores (110 en el cuadro masculino y 50 en el femenino) empiezan a aparecer. Llegan desde rincones tan exóticos como la Polinesia Francesa, Guadalupe, Marruecos o Japón. Habitantes de puntos del planeta tan distantes de la costa gallega que junto a los de Australia, Estados Unidos, Francia o Brasil, ya habituales en los 24 años de la cita deportiva, conforman un crisol de nacionalidades y culturas con un denominador común: el surf, o lo que es lo mismo, el mar.

La organización también interviene en esta metamorfosis. Más de 60 personas colaboran en la instalación de las diferentes infraestructuras que albergan desde las zonas de trabajo y descanso para los deportistas, jueces y medios de comunicación hasta bares y tiendas, más enfocados hacia los curiosos que se acercan a ver a los surfistas dibujar sus maniobras sobre las olas. El montaje de la prueba requiere una inversión de 300.000 euros, que se consiguen gracias al respaldo de una decena de espónsores y patrocinadores. La retransmisión en directo, a través de Internet, congrega a 130.000 usuarios delante del ordenador.

Y, cuando ya está listo, el clásico consigue, durante unos pocos días, convertir Pantín en el lugar más internacional de Galicia.

Gran ambiente

Varios participantes en la prueba, tanto en el cuadro masculino como en el femenino, y sus acompañantes (en la imagen superior), que llegan a Galicia desde lugares tan exóticos como la Polinesia Francesa, Guadalupe o Australia, contemplan el desarrollo de la competición desde una de las zonas de descanso que la organización instala en la ladera por la que se accede a la playa de Pantín. Durante los días en los que se celebra el campeonato, el arenal del municipio coruñés de Valdoviño empieza a empaparse con la vistosidad de las tablas de surf -en la fotografía de la derecha- y los destellos casi blanquecinos del pelo rubio quemado por el mar tan frecuente entre los surfistas.