Una cita que buscó el 10 a través de 10 historias

SANTIAGO

Madrid se ha inundado esta semana con un rosario de banderas. Más de un millón y medio de peregrinos han tomado la ciudad como respuesta a la llamada del Papa.

21 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Estaba prevista una riada, pero esta acabó en tsunami. Los peregrinos empezaron ya el lunes a florecer por todas las esquinas de Madrid. Brotaban de las bocas de un metro abarrotado y, poco a poco, se iban repartiendo por museos, iglesias, cafeterías y hasta por el Parque Warner. Algunos llegaron para conocer otras culturas, hacer turismo, compartir su fe en Dios. Otros también buscaban recuperar con sus canciones ese estado que, a juicio de algunos y como dijo el año pasado el papa Benedicto XVI en Santiago de Compostela, ha caído en el laicismo. El encuentro, en el que los organizadores llevan trabajando ya más de un año, ha coincidido además con la retirada de la primera línea política de Zapatero, a lo largo de cuyo mandato se han aprobado leyes como la del aborto o el matrimonio entre homosexuales, que han incomodado al Vaticano, y con el ascenso en popularidad del líder del PP, Mariano Rajoy, que ha ido varias veces a Santiago de Compostela a ganar el jubileo.

En líneas generales, pese a los altercados en la Puerta del Sol entre grupos de manifestantes contrarios a las jornadas y la policía, que se repitieron otros días, o al colapso del centro de la capital, el encuentro puede calificarse de éxito. Pero, durante los últimos días, han ocurrido muchas cosas. Se han cruzado muchas anécdotas e historias personales en las calles de la capital española. Estas son solo algunas de ellas.

1UNA TORRE DE BABEL DONDE TODOS SE ENTIENDEN

Faltan todavía dos días para que el papa Benedicto XVI desembarque en Madrid. Pero hay peregrinos que llevan ya varios días en España. Frente a un colmado cercano al Retiro hay un chaval que juega con una pelota de rugbi. «Es fútbol australiano», matiza en inglés. Y presta su balón. Espera por sus compañeros que compran agua. Hace calor, mucho calor. Son media decena de los 4.000 australianos que han venido desde las antípodas para ver al papa. Antes han estado en Talavera de la Reina y algunos aprovecharán luego para quedarse un poco más viajando por Europa. En ese estado ubicado a 24 horas de avión, los católicos son mayoría. En Indonesia, de donde viene un abogado de Yakarta que viaja en metro con otro grupo de compatriotas, no. Representan solo en torno a un diez por ciento en el que es el estado con mayor población islámica del planeta. Menos son en el sultanato musulmán de Brunéi, desde donde han llegado dos peregrinos que caminan por las calles que rodean Ifema. O en Egipto, donde los católicos están perseguidos, y desde donde ha llegado un pequeño grupo que el miércoles recorría el entorno de Cibeles. Al contrario, los católicos son mayoritarios en Italia y en Latinoamérica, donde tienen cada vez más fuerza. Unos y otros, como en una gran torre de Babel en la que, al contrario de la que recoge la Biblia, todos se entienden, han compartido experiencias e intercambiado regalos. Lo han hecho unidos por su fe en Dios y por el inglés.

2TIEMPO PARA HACER TURISMO POR LA CAPITAL Y ALREDEDORES

Sentados en unas banquetas altas, Peter, Desmond, Enmanuel, Félix y Jonathan toman un yogur de coco. Son de Nigeria y han venido con un grupo de 300 personas para ver al papa. Pero también han ahorrado tiempo para ir a ver el estadio del equipo blanco. Ya estuvieron en Albacete y, antes de irse, irán también a Barcelona. Ahí, desde la cafetería, ven las gradas ocupadas ahora por decenas de peregrinos reunidos para ver un concierto. El que canta no es Bruce, son coros de corte religioso. La escena es una metáfora de su tour, una mezcla de peregrinación y viaje turístico. No son los únicos que hacen esa mezcla. Un grupo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol fue el miércoles al Aquapark. Era la jornada de precalentamiento y había tiempo de ir a todas partes. En el metro tampoco dejan de verse estos días hombres y mujeres con mochila multicolor revisando guías que no son la oficial de la jornada. «¿Qué es lo que más os ha gustado de Madrid?», preguntan a un par de amigos venidos del cono sur americano. «La arquitectura, el Palacio Real», contesta uno. Y el otro no duda la respuesta. «El Parque Warner».

3LOS CARDENALES TIENEN CLUBES DE FANS

Las misas matutinas que hay después de las catequesis son como los grandes conciertos. Al terminar, la sacristía se convierte en un camerino donde los fans hacen cola en medio de sacerdotes que se quitan la ropa de oficiar para sacarse una foto con obispos, arzobispos o cardenales. Ocurrió el miércoles por la mañana con el cardenal y arzobispo de Tegucigalpa Óscar Rodríguez Madariaga. Muchas instantáneas, regalo de estampas, abrazos... Fue un no parar. Tras la eucaristía, uno de los curas que oficiaba se dirigió también a un grupo de chicas con una pancarta de Don Bosco. «¿Del club de fans?», comentó mientras avanzaba en la fila hacia la sacristía. Y ese mismo día por la tarde sucedió algo parecido con el cardenal austríaco Christoff Schönborn, autor del catecismo You Cat, repartido en el encuentro. Aunque no tuvo tiempo para entrevistas, apartó un espacio en su agenda para contestar una pregunta rápida. Qué mensaje daría a la juventud de ahora. «Es muy simple, sencillo -dijo-: confiad en la Iglesia, en su magisterio, pero ante todo confiad en Jesús con una fe que vaya más allá de las aparentes dificultades reales». Luego se fue.

4ALGUNOS ESTABLECIMIENTOS AGOTARON MENÚS Y AGUA

«Ayer [por el martes] estuvimos haciendo cola más de media hora para comer y, al final, cuando logramos que nos atendieran, ya no quedaban menús». Pero a Marta, una de las integrantes de la comitiva de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, no es que le haya molestado mucho. La comida rápida, la pasta y los bocadillos son los reyes del menú del peregrino. Las colas que hay que peregrinos en muchos de los restaurantes y cafeterías que aceptan los vales de comida que han recibido con la inscripción son una anécdota. Igual que lo es tener que esperar para entrar en el metro y caminar largos trechos porque algunas paradas están cerradas. «En Colonia tuvimos que andar hasta quince kilómetros», dice otro peregrino de la Costa da Morte. Y es que la marabunta desbordó a los servicios de transporte, que tuvieron que reforzar líneas en el último momento, y a los restaurantes. El día de la inauguración, algunas cafeterías ubicadas junto al Retiro agotaron el agua. «No tenemos desde hace ya dos horas», explicaba ese día un camarero a una clienta. «¿Y no puede darnos un vaso de agua con hielo?», respondía. «Son tres euros», dijo bromeando. «Se los pago», no dudó en responder. Hacía calor, mucho calor.

5«TOP MANTA» Y TIENDAS DE RECUERDOS OFICIALES

«¿Cuánto cuesta la banqueta plegable?». «Son cinco euros». Tenían tirón, pese a que la mayoría del público que aguardaba la llegada del papa a Alcalá y Cibeles prefería tenderse sobre el césped del paseo del Prado. La calle se transformó el jueves por la tarde en una romería. Escondidos entre los peregrinos había pequeños puestos de gente que aprovechó los miles de personas reunidas para hacer negocio. Junto a los quioscos de helados y los tenderetes de pañoletas y otros accesorios, comenzaron a diseminarse entre la gente los protagonistas del top manta. Carteras de pega eran, sobre todo, el género que ofrecían. Pero lo más popular eran el agua y los refrescos. Algún particular aprovechó para apostarse junto a la parada de Atocha para ofrecer agua a un euro. «No está cara», comentó una peregrina al pasar. Y un grupo de indios paseaba neveras portátiles entre el público ofreciendo distintos tipos de refrigerios. También repartían abanicos de cartón que promocionaban el turismo religioso a Jordania. Pero no solo los puestos improvisados aprovecharon estos días. Varias tiendas del entorno de sol colgaron el cartel de establecimiento oficial de la JMJ para ofrecer, entre los recuerdos típicos, monedas con el rostro del papa Benedicto XVI, camisetas, bolígrafos, rosarios o tarjetas conmemorativas.

6ALOJAMIENTO EN POLIDE- PORTIVOS Y EN HOTEL

«Os rapaces aseguran que ronco. Bromean con que me grabaron pola noite mentras estaba durmindo». El párroco de la Milagrosa, en Lugo, descansa en colchonetas junto al grupo de chicos y chicas de su parroquia en Tetuán. Polideportivos, iglesias o colegios son algunos de los lugares en los que se quedan los participantes. La apertura de instalaciones públicas del ayuntamiento y de la comunidad es uno de los pilares de los que echan mano los críticos contra esta JMJ. Pero no todos están hospedados ahí, pese a que antes de la llegada del santo padre todavía había plazas de hotel libres. «Estamos en casa de amigos», dice una pareja de Venezuela. Otra peregrina norteamericana obvia decir cuánto le ha costado el viaje, pero dice que está durmiendo en un hotel.