Bradley Cooper: «Yo no comparto mi vida, no tengo página de Twitter ni de Facebook»

ANGÉLICA MARTÍNEZ

SANTIAGO

«Tenía dudas de que pudiéramos mejorar la primera película, pero, sin duda, el director ha logrado superarse a sí mismo»

24 jun 2011 . Actualizado a las 11:03 h.

Vestido con unos vaqueros y una camisa azul marino, Bradley Cooper entra en la habitación del hotel Beverly Hilton de Los Ángeles luciendo una seductora sonrisa. Su último filme es Resacón 2: Ahora en Tailandia, la segunda parte de la comedia más exitosa de hace dos veranos. Esta vez, el grupo de amigos formado por el propio Cooper, Ed Helms y Zach Galifianakis viaja al país asiático para asistir a una nueva boda, donde les toca vivir otra divertida aventura, con mono incluido.

-¿Qué sintió al volver a interpretar a Phil?

-Me encantó. Los guiones de esta franquicia son muy buenos. Tenía dudas de que pudiéramos superar la primera película, pero, sin duda, Tom [director y guionista] se ha superado a sí mismo.

-¿Desde cuándo sabía que Philips quería llevar la película a Tailandia?

-Hace más de un año. Ya durante la promoción de la primera parte sabíamos que íbamos a ir a Bangkok para rodar la segunda entrega. En un principio, hablamos de ir a Río de Janeiro, pero hay algo muy oscuro en Tailandia y, dada la naturaleza de la historia, encajaba perfectamente la ciudad con el guion.

-Una curiosidad. Su personaje en el filme dice tacos a cada rato. ¿Usted también?

-Forman parte de mi forma de hablar. No puedo terminar una frase sin decir alguno.

-¿Cuál de las dos películas le gusta más?

-Personalmente creo que Resacón 2 es mejor que la primera. La estructura obviamente es la misma. Esa fue una decisión que tuvimos que tomar, pero creo que funciona porque les debíamos a los personajes esa oportunidad. En la anterior no tuvimos oportunidad de conocerlos y en este segundo filme salen a relucir sus personalidades.

-¿Cómo es Philips tras las cámaras?

-Capaz de improvisar para sacar lo mejor de cada escena. Es un realizador inteligente que ha crecido y evolucionado. Hay mucho más espacio en este filme que en el anterior. La historia es mejor, mucho más complicada y hay menos edición porque no fue necesario cortar tanto. Resacón 2 es una historia de espionaje, un elemento que no se da en la primera película.

-¿Cree que habrá una tercera película?

-Todo depende de cómo el público reciba esta segunda versión. De todas formas, si terminamos la trilogía, la última película será muy distinta y romperemos con la estructura de las dos cintas anteriores.

-¿Su grupo de amigos en la vida real son tan divertidos como los que tiene en la ficción cinematográfica?

-Tengo la suerte de tener amigos muy divertidos, dos de ellos son los protagonistas de esta película, Ed Helms y Zach Galifianakis. Especialmente Zach. Te diría que es mi mejor amigo.

-¿Surgió la amistad en los rodajes?

-Nos conocíamos de antes, pero rodando estas películas nos hemos convertido en íntimos. La verdad es que soy muy afortunado.

-¿Ha cambiado mucho su vida desde que rodó «Resacón en Las Vegas»?

-Mi vida ha ido cambiando de forma gradual en los últimos cinco años, principalmente porque estoy madurando como persona y como actor, no necesariamente por la película. Pero siempre que uno triunfa con un trabajo comercial surgen nuevas oportunidades. Todo el mundo se ha beneficiado del éxito de Resacón en Las Vegas.

-¿Cree que los actores famosos tienen oportunidad de elegir a la hora de compartir su vida o es imposible ocultarse?

-Yo no comparto mi vida, no tengo página de Twitter, ni de Facebook. No me interesa tener millones de personas pendientes de lo que hago. Soy actor, así que lo ideal sería que el público no supiera nada de mí para poder creer todos los personajes que interpreto. Aunque es algo bastante hipócrita, porque, al mismo tiempo, tengo que hacer la promoción de las películas y hablar sobre mí con la prensa. Hay ciertas cosas de las que nunca hablo, como mi vida privada. Puedo hablar sobre mi infancia, pero nunca voy a comentar con quién salgo. Tomé esa decisión al principio de mi carrera porque quiero respetar a todos aquellos que forman parte de mi vida. Si el precio de la fama para trabajar con Robert de Niro es tener un montón de paparazis en mi puerta, bienvenidos sean.

-Y sigue viviendo en Filadelfia.

-Si. Vivo entre Filadelfia y Los Ángeles. En los últimos siete meses he estado mucho tiempo en mi ciudad. Me he sentido más relajado. Se me olvidó incluso mi estilo de vida en Los Ángeles. Regresé a casa de mis padres, a la habitación donde crecí y volví a ser el niño de siempre.

-¿Qué le llevó a mudarse con su madre?

-Me influyó mucho la muerte de mi padre. Fue entonces cuando tomé la decisión de regresar a mi casa. Necesitaba ese regreso.

-¿Qué proyectos inmediatos tiene?

-Voy a interpretar al demonio en mi próximo filme: siendo de origen católico, es el gran personaje que uno puede protagonizar.