Las anécdotas más plebeyas de la superboda real

Por Imanol Allende Corresponsal

SANTIAGO

El hermano «ligando» con la cuñada, las sonrojantes bromitas en los discursos, un cura que al final dio la nota... La del principe Guillermo y Kate Middleton era una boda real, pero algunas anécdotas que deja son de lo más plebeyas

08 may 2011 . Actualizado a las 11:13 h.

Quedarán muchos recuerdos para la historia de la reciente boda real entre el príncipe Guillermo y Catalina, o Wills y Kate, como les llama la prensa sensacionalista británica a los duques de Cambridge. Estos recuerdos tendrán que ver con la ceremonia, el vestido de la novia, su naturalidad, los dos besos en el balcón del palacio de Buckingham, o ese saltarse a la torera el protocolo y agradecer al público agolpado en Londres su presencia conduciendo el Aston Martin del príncipe Carlos con una matrícula en la que se podía leer «Recién casados».

Sin embargo, hubo otros detalles que, no por menos llamativos, han pasado desapercibidos y pueden cerrar el círculo de lo que sucedió el pasado viernes, 29 de abril, en Londres. Curiosidades de la boda y posterior celebración que, por un motivo u otro, se han recogido por encima o se han quedado entre las cuatro paredes del palacio o de la abadía de Westminster.

Flirteo entre cuñados

A ver, a quién puede sorprender que el tipazo de la hermana de Catalina, Pippa Middleton, y en especial su trasero, resaltado por el vestido de Alexander McQueen, se convirtiera a las 24 horas de la boda en el tema más comentado de la boda real en Internet. En Facebook atrajo a más de 36.000 cibernautas que comentaron la, ejem, elegancia del pompis de Pippa, hasta el punto de que ya cuenta con un sobrenombre, su alteza Caliente. Para quien no pasó desapercibido tal atributo fue para el príncipe Harry, que flirteó con la joven durante toda la ceremonia hasta el punto de sonrojarla cuando ambos estaban en el balcón de la casa de su abuela, la soberana, y eso a pesar de que Pippa cuenta con un novio formal, un buen chico corredor de bolsa llamado Alex Loudon. «Alex, I?m sorry», pero el culo de tu novia cuenta en Internet con un ejército de acólitos y dedicados seguidores que hacen encendidos comentarios, unos 54.000 para redondear también la cifra.

A la rica broma Real

Y entre vistazo y vistazo a Pippa, Enrique disfrutó como un lacayo en la boda de su hermano. El número tres al trono de Inglaterra nunca ha destacado por ser recatado ni diplomático. Una prueba la dio cuando leyó el discurso durante la cena en el palacio de Buckingham, ante unos 300 invitados. El texto, al que se dedicó las últimas dos semanas, tuvo que ser censurado por sus amigos, al considerarlo demasiado atrevido. Enrique se refirió a su hermano en todo momento como the dude (ese tío) en lugar de the duke (el duque), y había escrito que, después de ver el «par de piernas asesinas» de su actual cuñada, decidió darle el visto bueno como novia de su hermano. Pero Thomas van Straubenzee y Guy Pelly, amigos de los príncipes, le recomendaron que omitiera esta parte. Enrique es conocido por imitar muy bien a las personalidades del país, incluido su hermano, por lo que los invitados disfrutaron con las parodias que hizo de Guillermo, cuando llama a su esposa «bebé», y de la propia Kate, cuando se dirige en privado a su marido como Billy.

Harry no fue el único en soltarse la melena. El suegro de la boda, Michael Middleton, afirmó: «Me di cuenta de que la cosa iba en serio cuando vi un helicóptero aterrizando en mi jardín», aseguró el padre de la ya duquesa de Cambridge, en referencia a la visita que Guillermo hizo a su casa a bordo de un helicóptero que él mismo pilotaba.

Monjas a la carrera

¿Y quiénes eran aquellas dos monjas que se sentaron al lado de Guillermo y Catalina durante toda la ceremonia, las dos personas que mejor visión tuvieron del ritual en el presbiterio de la abadía de Westminster? ¿Quiénes eran aquellas dos monjas (una de ellas se atrevió a calzar zapatillas deportivas negras Reebok debajo de sus hábitos) que miraban a su alrededor con la sospecha del jugador de póker tras una noche de ruina? Pronto comenzaron a circular los rumores sobre su identidad. Se llegó a decir que se trataba de dos monjas ninja, cuya labor era proteger a la pareja real en caso de que algún intruso llegara hasta el altar del templo.

Pero los hábitos de las religiosas apuntan directamente a la Comunidad de Hermanas de la Iglesia, una orden anglicana asentada en Inglaterra, Canadá, Australia y algunos países del sur del Pacífico. Se cree que una de ellas puede ser la hermana Judith, que ocupa un cargo en la abadía, pero ¿y la que calzaba deportivas, alta como un hombre y con gafas sospechosas? ¿Un miembro del MI5?, ¿de la CIA?, ¿quizás del dominical sensacionalista News of the World?

El cura saltimbanqui

A pocos metros de las monjas, Verger Ben Sheward se sintió tan feliz de que todo saliera a la perfección (como una entrega de los Oscar sin ninguna celebridad borracha) que, una vez que los novios e invitados abandonaron la abadía, este sacerdote lo festejó con unas piruetas acrobáticas por la alfombra roja, que no tenían nada que envidiar a las de los futbolistas celebrando un gol. Por desgracia, su manifestación jovial fue filmada por las cámaras de la ITV y en minutos se convertía en un éxito en YouTube. Por desgracia, porque en la abadía las maneras poco religiosas de mostrar su regocijo han sido muy criticadas y, aunque no se le ha impuesto ninguna penalización, sí se le ha prohibido hablar con los medios de comunicación. A las 24 horas de la ceremonia su clip ya había sido visto por Internet en más de 100.000 ocasiones.

El bolsillo secreto del anillo

El príncipe Enrique tenía tanto miedo de perder el anillo que su hermano iba a colocar en el dedo de su prometida que pidió que le cosieran un bolsillo secreto en la guerrera de su uniforme, un lugar donde poder llevarlo sin miedo al extravío. Estaba tan bien dispuesto el bolsillo secreto cosido por la firma Kashket & Partners (modistos especialistas en uniformes militares) que Enrique sacó el anillo como un mago, sin que apenas se diera cuenta nadie y eso que lo estaban mirando alrededor de 2.000 millones de personas. K&P son los mismos que le confeccionaron un traje a Colin Firth para la película El discurso del rey con la que ganó el Oscar de Hollywood.

Gardenias, las feas y el tándem

Todo el mundo pudo ver en todo su esplendor a la novia con su vestido de Alexander McQueen, pero solo unos pocos pudieron olerla. Para recrear un encuentro cercano con la novia, basta abrir un frasquito de 50 mililitros del perfume Pétalos de Gardenia Blanca, de Illuminum, una marca británica bastante desconocida que se comercializa en los almacenes Harrods a un precio de 76 euros.

Tras la ceremonia no todo el mundo salió favorecido y entre halagos. Las princesas Beatriz y Eugenia llamaron la atención por sus vestidos y sombreros, como poco de una elegancia obscena y, por qué no, por sus maneras toscas y plebeyas. De tal manera que tras pasearse por la abadía de Westminster fueron inmediatamente calificadas por algunos como las hermanas feas del cuento de Cenicienta. El sombrero de Beatriz se ha convertido en otro hito en Internet, donde aplicados cibernautas buscan el verdadero significado, quizás esotérico, y los usos que se le podían dar. Va ganando la opción de que se trata de un pulpo cubista.

Uno de los invitados que pasó desapercibido para la mayoría de los presentes, pese a que por lo general es centro de atracción, fue el alcalde de Londres, Boris Johnson. Este había regalado a la pareja real una boris bike, un tándem de los que se pueden alquilar en Londres. Pero claro, entre la boris bike y un Aston Martin, para marcarse un paseo con su chica por delante de la casa de la abuela, Guillermo eligió la opción correcta.

el sacerdote se sintió