Cañita Brava «Ahora salgo poco de noche»

SANTIAGO

Encantado con el éxito de «Torrente 4», en la que participa, espera que Segura siga contando con él para sus próximos proyectos

08 abr 2011 . Actualizado a las 12:38 h.

Su Merengue Caña Brava lo encumbró como animal televisivo y su nombre, Manuel González, casi pasó al olvido al quedar solapado por Cañita Brava. Para los coruñeses, Cañita a secas. Está exultante con su participación en Torrente 4, el mayor estreno del cine español. Cañita es un personaje social, le gusta estar en la calle, la hostelería local y, sobre todo, el reconocimiento público. Es un gran defensor de los establecimientos de siempre y apuesta por el microuniverso que supone los Castros, uno de los barrios con más solera de A Coruña, para montar su vida.

Celoso de su intimidad, como las grandes estrellas de cine, asegura que comparte piso y que tiene «una amiga», pero deja claro que no sale «con ella en la foto hasta que vea bien la cosa». En su memoria queda su antigua compañera, a la que perdió en un accidente de tráfico hace 15 años y a la que todavía recuerda con pasión. Vive preocupado de su agenda y de sus actuaciones. La próxima será el día 23, en Cantabria, de donde es su nuevo representante. «Canto e improviso», resume, y destaca que irá acompañado de la Orquesta Hollywood, de la que alaba su calidad.

Cita a Santiago Segura y dice que espera que lo llame para sus próximos proyectos. «Santiago Segura está pensando hacer una serie de televisión, quiere hacer la quinta de Torrente y dice que me va a dar más papeles», comenta ilusionado con la posibilidad de continuar saliendo en los títulos de crédito de esta saga. «Actúo en la primera, tercera y cuarta», apunta Cañita Brava sobre su currículo torrentil y resume que su trabajo en la última es «salvar al protagonista en una de las escenas». Le gusta el papel de héroe y se muestra exultante por los récords que batió el filme, en un momento en el que el cine español no está en su mejor momento.

Pese al glamur que da el séptimo arte, su vida no es la gran pantalla. «Yo vivo de cantar», apostilla y asegura que en breve volverá a componer. Hace dos años editó Cañita y sus creaciones y espera sacar nuevo disco para el verano. También espera repetir en La Noria, con el objetivo de que los televidentes sigan apostando por su singular estilo artístico.

De cara a las galas de este año asegura que comenzará a ponerse en forma en breve. Peculiar en todo, explica que lo suyo no es ir al gimnasio y repite una tabla de ejercicios en casa, de la que dice que le da muy buenos resultados.

Antes de ser artista, Cañita Brava, por aquel entonces Manuel González, trabajó en el puerto coruñés durante muchos años, pero apunta que esa vida quedó ya atrás. «Empacaba pescado y llevaba cajas. Me gustaba, pero cuando me llamaron para el Semáforo en la televisión lo dejé porque comencé a tener muchas actuaciones y confío en seguir en esto», apunta, y, como los divos, evita explicar si le queda todavía mucha vida laboral.

Su día a día no difiere mucho de los fines de semana, exceptuando cuando tiene actuación. Le gusta desayunar en el bar Maracaná, y después sigue apostando por ampliar sus visitas recorriendo el París o el Burdeos. Su vida bohemia le permite las visitas a amigos y, como cualquier coruñés que se precie, «deambular por las calles». Si se encuentra noctámbulo, opta por los bares de la zona de copas del Orzán. Recomienda el Limerick Irish Pub o el Geographic, aunque aclara: «Ahora salgo poco».