Antonio Costa se inspira de nuevo en Santiago con una novela sobre Mateo

m.b. santiago / la voz

SANTIAGO

27 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hijo del también escritor y periodista gallego Xavier Costa Clavel, Antonio Costa Gómez retorna a la escena literaria con una nueva obra, la segunda, ambientada en Santiago, y con el maestro Mateo como protagonista. Con su primera novela inspirada en Compostela, Las campanas, el escritor chantadino afincado en Madrid llegó a la final del premio Planeta del 2001, quedando en tercer lugar, y a la final del Nadal. En Mateo, el maestro de Compostela, editada por Nowtilus, Costa Gómez se inspira para su novela, ambientada en el siglo XII, en el constructor de la catedral de Santiago, colocándose «de una manera verosímil» en ese siglo y cuando el maestro compostelano realiza el viaje a París, decisivo para la construcción de su obra cumbre.

Costa funde «la poca realidad que se conoce» y la ficción para dar verosimilitud a su novela. El personaje del maestro Mateo le interesa y le fascina para lanzarse al reto literario. «Yo contacto con él porque rompe con los prejuicios de su tiempo. Rompe con el románico y trae el el gótico. Trae un arte más flexible, menos rígido y conectado con la gente. Creo que él hace una síntesis de la cultura de la Edad Media, igual que Dante con La Divina Comedia», argumenta el escritor sobre su atracción por el maestro compostelano.

Alejarse del «best seller»

Con Mateo, el maestro de Compostela, el autor sigue manteniendo la capital gallega como una de sus fuentes de inspiración literaria. «Yo viví veinte años en Santiago y es una ciudad que me fascina, con la que tengo muchísima comunicación y compenetración», confiesa el escritor.

En la anterior obra ambientada en Compostela, una novela con elementos misteriosos, «las campanas -recuerda el novelista- sonaban durante meses y meses y nadie sabía por qué, tal vez como queriendo sugerir algo. Ahora, el Pórtico también nos quiere sacudir, zarandear». La anterior novela de Antonio Costa, La calma apasionada, tiene también un personaje histórico que le interesó mucho, el emperador romano Adriano, como protagonista, recreando sus últimos días en Tívoli.

Elementos filosóficos, esotéricos y religiosos son conjugados por el autor en esta novela con la que quiere «alejarse de lo que es un best seller». «Más que nada -aclara- es una obra literaria, una búsqueda existencial y espiritual de un personaje que quiere romper con las reglas de su tiempo y encontrar su realización personal. La gloria es su plenitud, su absoluto, tras buscar elementos de todas partes. El Pórtico expresa esa calma, ese entusiasmo y espiritualidad. Esa es la paradoja». Mateo no entra en la clasificación de novelas históricas o con intriga, tan de moda, según su autor. No obstante, matiza que su obra «quiere cumplir con la historia», pero «siendo más una novela que un libro erudito», porque sobre todo le interesa «la literatura con mayúsculas».