El médico acusado de abuso sexual, identificado por su víctima en el juicio

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La defensa siembra la duda sobre el informe de la ecografía y afirma que no pertenece a la denunciante

19 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El juicio contra el médico acusado de abusos sexuales durante la realización de una ecografía vaginal quedó visto para sentencia ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial. El momento de mayor tensión se vivió durante la declaración de la víctima, que había pedido no ver al médico acusado, Jorge Elías Arias, por lo que este se ocultó detrás de un biombo.

La mujer, que no pudo contener las lágrimas durante su declaración, dijo que acudió al policlínico La Rosaleda el día 14 de julio del 2008 para que le hicieran una prueba que fue pedida por el Sergas. Según su testimonio, después de realizar la ecografía, el médico le hizo preguntas sobre sus preferencias en el acto sexual, mientras le realizaba una exploración vaginal. Le pidió que se diera la vuelta y se pusiera «a cuatro patas» sobre la camilla y volvió, siempre según su declaración, a introducirle dos dedos en su vagina. La mujer dijo que no le pareció normal, pero que estaba «bloqueada». Preguntada por qué no presentó denuncia hasta el día 21, la mujer explicó que antes consultó con un abogado amigo, que le corrigió el escrito que remitió al policlínico. El centro le respondió dos días después informándole que el citado médico había sido despedido por este hecho.

Durante la instrucción no se realizó la identificación del supuesto agresor, por lo que la mujer tuvo que identificarlo durante la vista oral. El médico salió de detrás del biombo y la mujer dijo que era él.

La identificación choca con la versión del facultativo, que sostiene que nunca estuvo con la mujer denunciante y aseguró no conocerla. El doctor aludió a una «trama» del centro médico para despedirle. Su defensa sembró la duda sobre el informe supuestamente redactado por el acusado, que dice que la mujer tiene las trompas en perfecto estado y, al parecer, tiene una ligadura. Además, el informe no cuenta con la firma ni con el sello del médico, cuestión que se explicó por tratarse de una copia. Tampoco hay un documento que acredite que la ecografía le fue hecha a la mujer en La Rosaleda. En cambio, hay un documento del Sergas que dice que la mujer tenía cita en agosto. La directora del centro dijo que son ellos los que fijan la cita, por lo que el Sergas no puede saber el día.

El fiscal mantuvo la petición de seis años de prisión y los mismos de inhabilitación especial para el acusado, por un delito de abusos sexuales «con ánimo lúbrico y pretendiendo camuflar su actuación bajo el ejercicio de una actividad médica que en todo caso no estaba habilitado para practicar». La víctima sufrió como secuela un trastorno de estrés postraumático.