«La vida alemana es poco espontánea, poco natural»

La Voz

SANTIAGO

13 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Markus Hoffmann trabaja en casa. Promueve negocios en Internet y su primer viaje a Galicia (camino de Costa Rica, donde gestiona una experiencia de ecoturismo en 135 hectáreas con bosque primario) fue con su novia gallega, a la que conoció en Múnich, para limpiar las playas petroleadas por el Prestige. «Recuerdo que pensé, si aquí hay ADSL me quedo». Tenía 29 años. Había vivido en Alemania, Estados Unidos, Centroamérica, «trabajaba muchísimo y ganaba muy bien, pero no tenía tiempo para disfrutar, así que decidí no cambiar de coche y estar dos años sin trabajar, investigando proyectos sostenibles para Costa Rica». En esas estaba cuando apareció Galicia. La pareja se trasladó a Betanzos y emprendió un proyecto de vida tranquila, más equilibrada entre vida personal y profesional. «En Múnich era imposible, es una ciudad bonita, pero superficial. Todo se rige por la eficiencia, las normas, todo se mide, hay que organizarse, el trabajo, el club del fin de semana... La vida alemana es poco espontánea, poco natural. Y no es mejor ni peor. Solo diferente. Pero no son mis valores. Yo no necesito un coche de 80.000 euros».

La pareja compró una casa centenaria en Bergondo y asumió una restauración complicada. «Llevamos seis años con la casa, los primeros fueron terribles, pasamos frío [ahora ya tienen su calefacción], pero lo quisimos así. Claro que podría dedicarme a ganar más dinero y contratar a alguien, pero prefiero hacerlo yo. Disfruto así. Y ahora, con el niño (un bebé de meses), es tiempo que nadie te devuelve. Una tarde que no estás con él no la recuperas. Aquí se vive tranquilo, yo estoy genial», sentencia. Una vez Markus buscó trabajo en Galicia, y por aquella experiencia recomienda el viaje a Alemania. «Allí también hay problemas, pero no es la explotación de aquí. Cuando me dijeron lo que me ofrecían, pensé que se habían equivocado. Era un insulto, de dinero y de condiciones».

«en alemania todo se mide, les cuesta hacer algo porque sí, porque les gusta. No son mis valores»

Markus Hoffmann, en su casa centenaria de Bergondo: «Podría ganar más dinero y pagar a alguien, pero prefiero restaurarla yo» | CÉSAR DELGADO