Caixanova mantiene el apoyo al premio, sesiones clínicas y publicaciones de la Fundación La Rosaleda

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08 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Caixanova mantendrá, como en los tres últimos años, el apoyo para iniciativas de la Fundación La Rosaleda, como un premio de solidaridad, sesiones clínicas o formativas y publicaciones. Así consta en un convenio que suscribieron ayer Gerardo Fernández Albor, presidente de la fundación compostelana, y Julio Fernández Gayoso, de la entidad financiera.

Una de las iniciativas más exitosas fruto de esa colaboración es el programa Literapia, un foro de discusión sobre el uso de la literatura como elemento terapéutico, del que este año se prevé dar a conocer los resultados de un estudio que realiza el hospital privado compostelano La Rosaleda.

El premio Axuda, que surgió como consecuencia de estos convenios, convocará su cuarta edición a final de año y una vez más se destinará a reconocer la labor realizada por personas e instituciones que colaboran con colectivos desfavorecidos o en situaciones de manifiesta precariedad.

La nueva caja gallega

Además, se mantendrán los Xoves Culturais, que dan cabida a aspectos humanísticos relacionados con la medicina, y donde ha emergido precisamente el proyecto Literapia. En el ámbito de la literatura, se programa la edición de un nuevo libro, de la colección Timonel, que busca «promover el uso de la escritura, además de la lectura, como elemento terapéutico», según se indicó.

Los Martes Clínicos y Aula Aberta son otras actuaciones que financia este convenio. Los Martes Clínicos comenzaron en los años 60 y 70 del siglo pasado y se han actualizado: ahora ofrecen un crédito de libre configuración a alumnado de la USC, y se matricularon 250 estudiantes en la última edición, monográfica sobre terapéutica oncológica. Este nuevo curso abordará otras áreas concretas de la Medicina.

Aula Aberta trata de difundir la labor de destacadas personalidades gallegas con proyección internacional.

En el acto se aludió a la nueva caja de ahorros gallega, fusión de Caixa Galicia y Caixanova, con la que Fernández Albor deseó que «Galicia sea la depositaria de sus recursos financieros».