Pedro Trigo es un libro abierto de hechos y anécdotas vividas codo a codo con el líder de la revolución cubana Fidel Castro, quien mucho antes de que enfermara solía aparecer por sorpresa por su casa a visitarle. Desde que enfermó, hace unos dos años, confiesa Pedro confiesa que no ha vuelto a ver al comandante. «Antes -recuerda- hablábamos todos los años, sobre todo por las fiestas del 26 de julio».
Pero este último 26 de julio con quien habló fue con su hermano, el actual presidente de Cuba, que le dio un fuerte abrazo. Sobre el papel de Raúl, Pedro Trigo es optimista y piensa que «va encauzar la problemática cubana», y que ya está haciendo cambios, si bien entiende que «los consejos y la presencia de Fidel es necesaria». «Soy muy optimista con Raúl -confiesa-, a quien lo ponen mucho como un ogro, cuando es un hombre de una sensibilidad humana que no se puede imaginar».
Sobre las huelgas de hambre de presos y disidentes como Guillermo Fariñas, Trigo dice que «estos llamados disidentes son pagados por la oficina de intereses norteamericanos». De las voces que piden a la Revolución la aceleración en los cambios, como los cantantes Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, el histórico asaltante del Moncada señala que «hace muchos años se marcaron una serie de medidas que ya ahora, a nuestra manera, se va a ir a la rectificación de errores». Considera Pedro Trigo, pues, que «lo de Pablito y Silvio tiene su razón». Llegado a este punto eleva el tono de decir para aclarar que «lo que jamás podremos permitir es que Cuba sea anexada por los Estados Unidos y las mafias». Para ilustrar a estas cita a Gloria Stefan. «Gloria Stefan, cuyo padre era chófer del dictador Batista, hace poco hizo una manifestación contra Cuba. Pues en ese desfile iba uno de los terroristas cubanos más sanguinarios que se pasea libremente por las calles de Miami».