«No invento ni adapto la historia a mi argumento»

C.P.

SANTIAGO

La novela es la segunda entrega de una trilogía de aventuras protagonizadas por una mujer

18 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Sevilla era en el siglo XVII el gran centro comercial con las Indias, «algo así como el Wall Street de la época», como señala Matilde Asensi al hablar de su última novela, Venganza en Sevilla , segunda entrega de la trilogía que estrenó con Tierra firme y que prevé cerrar en un par de años. La autora alicantina, que inició su carrera literaria con El salón de ámbar , cosechó un gran éxito de ventas con dos novelas dedicadas a Santiago y a la ruta de peregrinación a la tumba del Apóstol: Iacobus y Peregrinatio .

-¿Su trilogía nació como tal o fue una evolución?

-Nació como trilogía. Hasta ahora mis libros pegaban unos saltos grandes, de época, país, protagonistas... Pero hubo un momento que me planteé si era capaz de quedarme quieta y escribir una trilogía con los mismos personajes y época. La idea evolucionó, pero la concebí así, aunque cada libro se puede leer de manera independiente, porque son historias autónomas y cerradas.

-La protagonista, Catalina Solís, se transforma en Martín Ojo de Plata. ¿Era frecuente que las mujeres pasaran por hombres?

-No era una cosa que pasara todos los días, pero ocurría. Por eso pasó a la literatura. No soy tan original, lo tomé del Siglo de Oro, de Lope de Vega y compañía, que a su vez lo tomaron de la sociedad de su época, y no solo en España. El género estaba tan clasificado por la ropa que no había lugar a la duda.

-¿La novela histórica, de la que es una defensora...

-[Interrumpe] De la novela de aventuras. La novela histórica es otra cosa. Yo escribo género de aventuras en un contexto histórico.

-¿Donde pone el límite entre la verdad histórica y la recreación?

-Trabajo muy duro, me documento mucho y me fío de la gente que más sabe de esto para ser rigurosa. No me atrevo a inventar ni a adaptar la historia a mi argumento.

-Le descubre al lector muchas cosas de Sevilla, de su vida cotidiana.

-Sevilla era como el Wall Street de la época, el centro del mundo económico. Me asombra que en la Torre del Oro no haya ni un cartel que diga que allí se descargaba el oro de los galeones. Se nos enseñaba una cosa en literatura y otra en historia que parecían inconexas y resulta que eran simultáneas. No sabemos nada.

-¿Por qué se decidió por el género aventuras ?

-Me encanta lo que hago, y creo que hay tres razones: que de niña lo leí todo del género en la biblioteca de mi abuelo; descubrir El nombre de la rosa , de Umberto Eco, que me fascinó como lo hizo después Pérez Reverte. Ellos tiran de mi. Soy muy lectora y de todo. Mis escritores fetiche fueron Borges, Yourcenar y Proust, con los que aprendí a escribir, pero he llegado aquí porque no puedo ir a otro sitio.