Los hosteleros auguran el cierre de locales a causa de la nueva ley antitabaco

La Voz

SANTIAGO

05 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«La Asociación de Hostelería de Compostela quiere dejar constancia de su más enérgico rechazo ante la prohibición» de fumar en espacios públicos cerrados, locales de ocio y restaurantes. Y es que según explican los hosteleros de Santiago, en el caso de que la nueva norma que pretende aprobar el Ministerio de Sanidad salga adelante, el gremio se enfrentaría a «una pérdida económica irreparable, agravada por la incuestionable e indefinida etapa de crisis financiera». Y, lamentablemente, muchos se verían obligados a echar la verja para no subirla más, tal y como augura el colectivo.

Pero no solo eso. La asociación tilda de «hipocresía» la nueva ley, puesto que, además de echar «a los fumadores a la calle y vaciar los lugares en los locales de hostelería a ellos reservados», se amplían los lugares de venta de cigarrillos, algo, por otra parte, «contra lo que no tenemos nada que oponer». Para ellos, la única explicación pasa por que exista «la expresa voluntad y deseo de perjudicar a nuestro sector».

Así, el gremio está ya barajando la posibilidad de exigir al Gobierno que, de aprobar la normativa, se compense económicamente a los hosteleros las reformas que tuvieron que realizar en los locales para crear zonas libres de humo, «inclusive con la reducción de impuestos», dicen, «puesto que en su día el empresario abonó unos tributos, vía tasas, y soportó unas reformas para ejercer en sus locales una actividad y prestar unos servicios que ahora, con la anunciada normativa, se pretenden excluir».

Según argumenta la Asociación de Hostelería de Compostela, la norma actual «cuida meticulosamente» los derechos tanto de los fumadores como de los no fumadores, puesto que existen locales libres de humo para aquellas personas que así lo deseen. Un situación que «se acopla al sentir social del país y que viene siendo asumida sin el más mínimo reproche tanto por la esfera empresarial como por los propios consumidores, que también tienen derechos que no podemos obviar».