La primera parte resultó muy insípida, y a ello contribuyó bastante el planteamiento táctico del Compos. Fabiano dispuso una férrea línea defensiva, dejando solo a Sestelo arriba e intentando colgar balones hacia el punta.
La primera media hora fue de dominio del Eibar que, sin embargo, no conseguía superar la defensa de nueve hombres impuesta por los gallegos y apenas creó peligro ante el área de Pablo. No fue hasta los últimos minutos de la primera parte cuando la cosa se animó un poco. El Compostela, que había ido cogiendo confianza con el paso de los minutos, aprovechó el bajón en la intensidad del ataque rival y estiró un poco sus líneas. Así, llegó la única ocasión de los gallegos hasta el momento, cuando Sestelo, en el 39, cabeceaba dentro del área. El balón lo rechazaba el portero local y el barullo en el área lo acabaron resolviendo los azulgranas.
Partido más abierto
Con el Compostela algo más abierto, el Eibar también consiguió su ocasión, y el líder no falló. En el 44 Sutil lanzaba un ataque por la banda izquierda y le ponía el balón a Arruabarrena, el hombre más peligroso del Eibar y sobre el que se centraban la mayoría de esfuerzos defensivos del Compostela. Éste dejó pasar el balón y descolocó a los defensores, que no pudieron hacer nada para evitar que el esférico le llegase a Altuna para que, a portería vacía, anotase el 1-0.
Nada mas empezar la segunda parte hubo un córner para los locales que sacó Sutil y remató Arruabarrena, el despeje de la defensa le llegó a Altuna, que atento a la jugada conseguía el 2-0. El público se las prometía muy felices pero el fútbol es caprichoso e imprevisible, y ya en el minuto 53 empezaron las calamidades locales. Valín se lesionó y fue retirado en camilla.
El Compostela vio entonces su momento. Hilvanaba jugadas ante un Eibar en franco repliegue y donde la desgana, en forma de sobrada confianza, hizo acto de presencia. En el minuto 74 un pase de Sestelo cogió confiada y estática a la defensa local, y Rubén, sin estorbos, aprovechó para batir a Javi con facilidad.
Al poco, ya muy nerviosos los eibarreses, en un ataque compostelano Andrés vio la segunda amarilla. Pero en el 76 también es expulsado Toño. Los dos equipos estaban con diez.
De ahí al final, el Compostela siguió creyendo en su suerte y, en la prolongación, los de Fabiano, que despertaron del sopor de la derrota, consiguieron el 2-2 en un nuevo fallo defensivo del líder. El gol fue obra de Mariño. Fue el premio a la perseverancia de un equipo que nunca se entregó.