Italia premia con su Gran Cruz de la Orden al Mérito la insigne labor de César Antonio Molina

A. Posilio

SANTIAGO

Este galardón es el máximo reconocimiento que concede el Estado italiano

30 sep 2009 . Actualizado a las 12:31 h.

César Antonio Molina recibió en la tarde de ayer, de manos del embajador de Italia en España, Pasquale Terracciano, la condecoración de Caballero de la Gran Cruz de la orden al Mérito de la República Italiana, concedida por el presidente Giorgio Napolitano.

El ex ministro de Cultura logró la máxima condecoración del Estado italiano, solo por detrás del Gran Cordone, que se da a los jefes de Estado, por el papel desarrollado en su función al frente del ministerio, por su cercanía a la cultura italiana, por ser un profundo conocedor del país, en el que ha vivido algún tiempo, y por su relevante papel a la hora de conseguir que algunos de los proyectos culturales de la embajada vieran la luz, según informaron a La Voz fuentes de la diplomacia italiana.

Esta condecoración fue instituida por ley en 1951 y está destinada a recompensar «méritos adquiridos ante la nación italiana en los campos de las letras, artes y economía, y en el desempeño de cargos públicos y de actividades desarrolladas con fines sociales, filantrópicos y humanitarios, además de por servicios largos y excepcionales en las carreras civil y militar».

El acto se celebró en la tarde de ayer en la Embajada de Italia en Madrid, ante la presencia de varios embajadores, diputados y personalidades de la cultura italianas y españolas como los pintores Antón Lamazares y Menchu Lamas y el escritor Enrique Vilamatas.

Pasquale Terracciano destacó los méritos de César Antonio Molina para obtener tan magna distinción, y destacó la sensibilidad que ha tenido este intelectual y político gallego hacia Italia y la promoción que ha realizado de los lazos culturales entre los dos países.

Tras mostrar al presidente de la República italiana y al embajador en España su «profundo agradecimiento» por haberle «concedido tan alto honor», Molina aseguró: «Este premio me llega del país que más amo después del mío». Destacó que España siempre se miró en Italia: «De allí vino nuestro idioma común que hoy hablan millones de personas de todo el orbe, pero de allí también vino el arte poético, la arquitectura, la pintura y, sobre todo, la manera de relacionarnos con la existencia. Españoles e italianos siempre hemos convivido en buena armonía». La Gran Cruz se reserva para personalidades de relieve del panorama político institucional.