Dos vecinos de Santiso fusilados en 1936 serán recordados el día 30

La Voz

SANTIAGO

22 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los preparativos para el homenaje a los hermanos Fernando y Manuel Mouriño Rial, que fueron fusilados en la parroquia de Beigondo, en el concello de Santiso, el 30 de agosto de 1936, ya están en marcha. Los componentes de la comisión por la memoria histórica fijaron la fecha de la ceremonia para el 30 de agosto a partir de las 17.00 horas en el campo de la fiesta de Beigondo, día en que se cumplen 73 años del triste acontecimiento.

En el acto estarán presentes familiares, amigos, miembros de la comisión y el propio alcalde de Santiso, Ovidio Leiva, que ya manifestó en una reunión mantenida la semana pasada con este colectivo su apoyo y colaboración institucional con el homenaje.

Recuerdo

Uno de los objetivos de esta ceremonia en recuerdo de Fernando y Manuel Mouriño Rial es manifestar el «recoñecemento e a memoria a dous veciños do noso concello que foron brutalmente asasinados debido á intransixencia e á intolerancia vividas naquela época que conlevou á barbarie destes feitos tan tristes na nosa historia».

Los miembros de la comisión por la memoria histórica aseguran que el homenaje será de carácter público y totalmente apolítico, dejando fuera cualquier matiz ideológico. Para ellos, es un deber moral y de justicia honrar a estos vecinos y una obligación de todos los ciudadanos rescatarlos del olvido para que las nuevas generaciones conozcan su historia y «nunca máis volvan a cometer os erros do pasado».

Participación

Desde este colectivo, hacen un llamamiento a toda la ciudadanía en general, y a los vecinos de Santiso en particular, para que participen masivamente en la ceremonia en recuerdo de Fernando y Manuel Mouriño Rial.

Según los testimonios de varios vecinos que compartieron el día a día con los hermanos, se cree que fueron fusilados por la mañana, poco después de amanecer en una zona conocida como Zarra do Cura, a medio camino entre Beigondo y Visantoña. Manuel fue acusado de ser el presidente local de la UGT y, según los testigos de la época, «ambos compartían simpatías republicanas».

También se sabe que el tercer hermano, Vicente Mouriño Rial, consiguió salvarse la vida gracias a un chivatazo de un conocido.

Al parecer, la justificación del asesinato de los dos hermanos Mouriño se debe a la aplicación de la entonces vigente ley de fugas.