La artista brasileña Christina Oiticica levantó la obra que enterró para experimentar con la acción de la naturaleza.
06 nov 2008 . Actualizado a las 11:14 h.Los artistas pueden permitirse hacer cosas que al común de los mortales nos parecen absurdas o inútiles. Suscitan preguntas para las que generalmente ni ellos mismos tienen respuestas. La creadora brasileña Christina Oiticica lleva a cabo un proyecto de Land art en el que también busca respuestas a su propia obra, la reacción que produce en ellas decisiones como la de enterrarlas durante varios meses.
Ayer fue el momento de «resucitar», una pieza que esta creadora plástica enterró en junio en el claustro de la Facultade de Historia «para que a terra fixera o resto do traballo artístico», es decir, que le diera una pátina, oxidación y alteraciones en el color. Imprimió una plancha de cobre con pintura amarilla y azul y estampó con el resultado un lienzo y enterró ambas obras. Ayer se mostró satisfecha con el resultado, sobre todo con el color, porque apenas se alteró. Ahora va a tratar ambas piezas para que conserven lo que la naturaleza hizo por ellas.
Al acto de desenterramiento, que causó una gran expectación mediática y una gran emoción a la artista, asistieron, como acólitos de la performance , el vicerrector de cultura de la USC, Elías Torres, y el presidente de la Mesa pola Normalización y de la Fundación Via Galego, Carlos Callón, porque la segunda de estas entidades es la promotora de esta intervención, que formará parte de la exposición de la artista, Caminho peregrino, que organizan con la Universidad para el 2009 y que se verá en la Igrexa da Universidade. Vía Galego gestionó el viaje de Christina Oiticica a Compostela para realizar su acción, y además prepara un libro sobre el mismo tema que va a ser prologado por el famoso escritor Paulo Coelho, con el que está casada la artista.