El peligroso «síndrome Ibarretxe»

SANTIAGO

12 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Ha pasado lo que tenía que pasar y lo que todo el mundo ya sabía. Incluido el propio Juan José Ibarretxe, que ha alentado este sinsentido por intereses electorales. No hay otra explicación creíble, aunque pueda buscar mil y una excusas. Pero lo peor es que se siga recurriendo a debates identitarios para justificar posicionamientos y se haga de ello batalla política.

Las democracias modernas son la resultante de consensos varios. Y plantear cualquier postura a las bravas, como ha hecho Ibarretxe, es simplemente antidemocrático. Aunque tuviera razón, que no la tiene, porque no puede reducir la complejidad y pluralidad de las sociedades actuales a discursos unidimensionales como el suyo.

Su empecinamiento en lo unilateral solo provoca frustración y acentúa la fractura social vasca. El síndrome Ibarretxe recuerda el peligro de sustentar la política en lo identitario. Y mejor no mencionar los precedentes.