Un estudio demuestra que explorar el fondo de ojo puede prevenir el infarto cerebral

SANTIAGO

21 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La exploración del fondo de ojo en los pacientes con factores de riesgo vascular puede ayudar a prevenir situaciones como el infarto cerebral o el deterioro cognitivo que lleve a una demencia. Así se demuestra en una tesis doctoral realizada por Iria Rodríguez Constenla, defendida ayer en la Facultad de Medicina, y que obtuvo la máxima calificación, «sobresaliente cum laude», de un tribunal presidido por Manuel Sánchez Salorio, e integrado por otros especialistas de Valencia, Cantabria y Galicia.

Iria Rodríguez tardó cinco años en realizar este trabajo, que inició cuando se especializaba como neuróloga en el Hospital Clínico. La dirigieron los neurólogos José Castillo y Rogelio Leira, y la oftalmóloga Isabel Lema. «Se trataba de identificar marcadores retinovasculares y ver su relación con la patología isquémica cerebral y el deterioro cognitivo vascular, porque dado la difícil accesibilidad al estudio de la circulación cerebral, el de la retina proporcionaría una oportunidad única para conocerla. Esto se basa en que la circulación cerebral y la circulación retiniana tienen un origen embriológico, fisiopatológico y anatómico común. Y hemos observado la relación entre las alteraciones del fondo ojo, en la musculatura retiniana, con los infartos cerebrales y con el deterioro cognitivo», explica Iria Rodríguez.

«En un paciente con factores de riesgo vascular, si se realiza un estudio retinográfico y se ven esas alteraciones, podemos saber si es un paciente de alto riesgo en el que haya que realizar una técnica de neuroimagen para poder encontrar lesiones isquémicas, y detectar así pacientes en quienes habría que poner de manera precoz medidas terapéuticas para prevenir un futuro infarto. Concluimos que la exploración retinográfica debería formar parte de todas las exploraciones complementarias de un paciente con factores de riesgo vascular», agrega.

El estudio tiene interés para prevenir el ictus, que es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones, además de provocar un importante número de discapacidades, afirma.

La investigación se realizó con 200 pacientes, en el Clínico. El Instituto Gallego de Oftalmología efectuó el estudio retinográfico. A cada paciente se le han pasado varias pruebas para valorar los factores de riesgo vascular y para detectar el deterioro cognitivo. «Y efectivamente, se vio que había relación entre aquellos pacientes que tenían alteraciones en el fondo de ojo y la presencia de infarto cerebral, y deterioro cognitivo», sostiene Iria Rodríguez, quien tras especializarse en neurología en Santiago ahora ejerce en el hospital privado Povisa, en Vigo.