Nadie que se suba al Top Flip o al Saltamontes saldrá con los órganos en el mismo sitio

La Voz

SANTIAGO

04 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Lo del Top Flip no es para gente que padezca del corazón. Te sientan en un gigantesco rodillo, prácticamente te encorsetan con unas protecciones y empieza la fiesta. También pagas 3,50 euros, pero el revoltijo de tripas está tan asegurado que no sería de extrañar que si no sientes el hígado en las orejas te devolviesen el dinero. Para rematar, te ponen cabeza abajo y salen chorrillos de agua por unos conductos. Los graciosos compañeros de viaje te salpicarán aunque no quieras. Va en el lote.

No muy lejos está el Saltamontes, cuyo nombre es una declaración de intenciones de lo que te vas a encontrar: tres euros por dar saltos y saltos y más saltos a ritmo maquinero mientras un locutor con voz de locutor de verbena -es increíble, hablan todos igual sin importar donde sea la verbena- hace ripios y pone voz sensual para acompañar los botes: «¡Y toma, y toma, y dale, y dale». A estas alturas, el estreñimiento se antoja imposible. Y aún queda mucho por remover.