El Concello tramitará las multas de tráfico y el alcalde pide una cita con el delegado del Gobierno

La Voz

SANTIAGO

09 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La tramitación de las dieciséis denuncias a conductores interpuestas por la Guardia Civil durante el récord Guinness de la Olympus en el centro de Negreira seguirán su cauce reglamentario. Según comentó el regidor, Juan García Fuentes «estamos diante de infraccións graves por ocupar vados permanentes, cuia presenza da Garda Civil foi requerida polos veciños, ou de pasos de peatóns, ademáis de por non levar casco, cinturón e circular en sentido contrario». Lejos de los malentendidos iniciales, el caso es que no hubo ningún tipo de injerencias desde el gobierno local, una vez que las denuncias llegaron a la Policía Local.

Pero las consecuencias por el dispositivo montado por la Benemérita van más allá de las meras multas en el casco urbano, cuya cuantía ronda los 150 euros. Amén de los controles de la Guardia Civil de Tráfico en los accesos, hay que sumar la presencia de dos vehículos camuflados con radar.

El alcalde negreirés mantuvo en la mañana de ayer una entrevista con el capitán de zona de la Guardia Civil, Arcadio Pérez Vázquez, una visita calificada por el regidor de «cortesía», expresando el mando el malestar del cuerpo por ciertas declaraciones aparecidas en prensa, así como por el tratamiento dispensado al sargento del puesto local, las cuales el capitán tildó de «desproporcionadas», al tiempo que respaldó la labor realizada por el sargento, por obrar siempre bajo la ley durante la jornada del Día de Todos los Santos.

Asimismo, en la reunión celebrada la noche del miércoles en el Concello con hosteleros afectados por las denuncias, Juan García Fuentes avanzó que tiene solicitada una entrevista con el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, que con casi total seguridad se celebrará a comienzos de la próxima semana. «Queremos preguntarle por qué razón en Boiro, Ordes ou Santa Comba hai vinte ou trinta locais, e aquí quedan catro abertos porque nos últimos anos víronse abocados a pechar». Y es que la movida de Negreira fue sometida a un férreo control ejercido con los horarios y las pruebas de alcoholemia, que prácticamente provocaron su desaparición de las noches de los viernes, destacando algunos de los presentes que los hechos coinciden con la llegada al puesto del actual sargento.

Un hostelero denunciado expresó su malestar por haber requerido en varias ocasiones la presencia de la Guardia Civil ante su impotencia para desalojar su local «e incluso chamei ao 112 sen que ninguén aparecese no local». Otro habló de una labor de «servicio público» porque en su establecimiento «a cola para ir ao baño chegaba ata a porta». En un caso un hostelero al que pretendía multar llevando su pub del orden de tres meses cerrado, aunque al día siguiente la Guardia Civil rectificó.