Los guardias reivindican su papel en la prevención de robos y otros sucesos en bibliotecas y facultades

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XOÁN A. SOLER

25 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

En plena polémica por la decisión anunciada por el rectorado de la USC de retirar la seguridad privada en bibliotecas y facultades, los guardias han reivindicado su papel y han recordado que su presencia ha sido fundamental en varias ocasiones para evitar robos y otros problemas. Representantes de la empresa Prosegur, concesionaria del servicio, recordaron ayer varios sucesos en los que la actuación de los guardias de seguridad sirvió para evitar males mayores; por ejemplo, un incidente en la facultad de Económicas ocurrido el año pasado, cuando unos individuos que habían entrado en el centro para robar fueron retenidos por los guardias hasta la llegada de la policía; o la inundación de los fondos de la Biblioteca Xeral a finales del 2006, que pudo ser atajada antes gracias a la actuación de los agentes de seguridad. Además, las mismas fuentes de la empresa Prosegur revelan que es «muy habitual, pasa casi todos los días» que los guardias detecten cortes de suministro eléctrico o grifos abiertos que podrían causar inundaciones, lo que a en ocasiones evita que se pierda el trabajo de meses en laboratorios. Pese a todo, los decanos de varios centros reconocen que son frecuentes los robos y hurtos en los centros, y su malestar ha llevado al rector de la USC, Senén Barro, y al gerente, Pedro García, a convocar una reunión en febrero. Los representantes de Prosegur, por su parte, también han anunciado su intención de iniciar una ronda de contactos con los decanos para exponerles sus reivindicaciones y tratar de unir fuerzas. Además, frente a la idea expresada por la gerencia de la USC de sustituir los vigilantes de los centros por sistemas electrónicos, los afectados recuerdan que los arcos detectores sólo pueden ser manejados por guardias debidamente autorizados, al igual que las cámaras de videovigilancia. Además, los agentes de Prosegur afirman también que estos sistemas electrónicos requieren una gran inversión y no realizan las mismas funciones que un guardia, sobre todo en los que se refiere a disuasión.