En la misma línea se ha pronunciado esta mañana el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. «No es probable que la viruela del mono vaya a generar una transmisión importante, pero no se puede descartar», consideró en declaraciones a los medios durante un acto en Valencia. Esta enfermedad, explicó el epidemiólogo, se circunscribía hasta ahora a África, una patología parecida a la viruela humana, erradicada a finales de los años 70, que se transmitió de los monos a humanos y que, en general, entre los humanos, tenía muy poca transmisión, muy baja. De hecho, hasta hace pocos años los brotes «no tenían más de una segunda generación de transmisión». Sin embargo, recientemente sí se han detectado de hasta de tercera y cuarta generación, «brotes muy pequeños, autolimitados», precisó Simón.
Según la agencia sanitaria británica, la viruela del mono es una infección vírica de la que los contagiados se recuperan en pocas semanas. Los síntomas iniciales son similares a los de la viruela, aunque algo más leves. Incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y agotamiento. Puede aparecer una erupción, que suele empezar en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, incluidos los genitales. Suele cambiar y pasa por diferentes etapas, y puede parecerse a la varicela o a la sífilis, antes de formar finalmente una costra que más tarde se cae.